Con un dólar controlado por el nuevo "cepo" cambiario, que restringe las operaciones al contado y también aquellas derivadas de los negocios con bonos y acciones, el Banco Central ejecuta con mano firme el recorte de las tasas de interés, que convalida a través de la licitación diaria de Letras de Liquidez (Leliq).
La autoridad monetaria avaló este jueves la vigésimo baja consecutiva de la tasa de política monetaria, ahora debajo del 70% anual.
En la primera subasta de Leliq, ahora a ocho días de plazo, el BCRA adjudicó $71.819 millones, a una tasa de corte promedio del 69,5% anual, un punto y medio debajo de la del miércoles, y la más baja desde el 9 de agosto, cuando se situaba en 63,7 por ciento.
Fue el desenlace de las elecciones primarias, que dejó al oficialismo debilitado para las presidenciales de octubre, lo que impulsó el alza de unos 22 puntos porcentuales en la tasa de referencia del sistema, a un pico de 85,983% el pasado 9 de septiembre.
Un mes después, los rendimientos se retrajeron 16,5 puntos porcentuales, aunque se sostienen en el nivel más alto desde agosto de 2002 , mes en el que promediaron el 66% anual.
La reducción en la tasa, que se transmite a los rendimientos por colocaciones a plazo en los bancos, fue posible por un dólar que se mantuvo estabilizado por las propias ventas de divisas ejecutadas por el Central en la plaza mayorista.
En cierta forma, el Banco Central acotó la utilización de las Leliq como instrumento de absorción monetaria y lo complementó con la venta de divisas, principal mecanismo de regulación de liquidez después del contundente triunfo del opositor Alberto Fernández, del Frente de Todos, en las PASO del 11 de agosto.
En los dos meses transcurridos desde las primarias, el BCRA acumuló entre el 12 de agosto y el 4 de octubre un saldo neto negativo de USD 3.589 millones por sus intervenciones en el segmento de contado, unos 200.000 millones de pesos.
En el mismo período, el stock de Leliq se contrajo en unos $130.000 millones, desde los $1.288.868 millones ($1,29 billón) del 9 de agosto a $1.159.387 millones ($1,16 billón) del 8 de octubre.
Probablemente la entidad monetaria tuvo pocas opciones para mantener en pie su doble objetivo de acotar la liquidez en pesos y evitar una escalada mayor del tipo de cambio, pues a partir del 11 de agosto, ahorristas y empresas redujeron el monto de plazos fijos y se volcaron a la demanda de divisas.
El stock de depósitos a plazo fijo del sector privado es fundamental para sostener el nivel de endeudamiento del BCRA con sus Leliq, pues los bancos toman pesos de sus clientes para adquirir estos pasivos remunerados del Central. Cuando cae el monto de las colocaciones, los bancos deben acudir al Central para entregarle las Leliq y recibir los pesos para compensar a los depositantes.
El stock de plazos fijos del sector privado no ajustables por CER/UVA se redujo en casi $90.000 millones desde las PASO (-7%), desde los $1.267.699 millones ($1,27 billón) del 9 de agosto a los $1.179.647 millones ($1,18 billón) del 4 de octubre.
Muchos de estos pesos vuelven al Central: cuando ahorristas y empresas demandan divisas, la entidad monetaria refuerza la oferta cambiaria con sus intervenciones y recompra los pesos con los dólares que inyecta.