Empleados de la fábrica Flextronics International de Apple trabajan en un computador Mac Pro en Austin, Texas, EEUU. 20 de noviembre de 2019
La economía de Estados Unidos creció un 2,1% anual en el tercer trimestre, ligeramente por encima de lo esperado, de acuerdo a datos publicados este miércoles por el Departamento del Comercio.
En lugar de haberse desacelerado como se pensó al inicio, en medio de una fuerte acumulación de inventarios y un declive menos severo de la inversión de las empresas, el Producto Interno Bruto (PIB) se expandió a una tasa por encima del 1,9% calculado el mes pasado en la primera lectura.
Las inversiones empresariales habían marcado un retroceso de 3% en la primera estimación fundamentalmente debido a las tensiones comerciales que atrasan la toma de decisiones, pero al final ese retroceso fue de 2,7%.
En tanto, el consumo, tradicional motor de la economía con una incidencia de 70% en el PIB estadounidense, se mantuvo sólido con un aumento de 2,9%, con un fuerte repunte (8,3%) en los gastos en bienes duraderos, como autos o electrodomésticos.
El mercado inmobiliario, en tanto, avanzó 5,1%, el mayor crecimiento en dos años, ante las bajas tasas de interés.
En plena guerra comercial con China y otros países, las exportaciones, que habían registrado un descenso de 5,7% en el segundo trimestre, se recuperaron ligeramente en el tercero, a 0,9% contra 0,7% en la primera estimación.
Las importaciones también registraron un aumento de 0,8%, mayor a lo inicialmente estimado.
Sin embargo, estas buenas revisiones vieron contrastadas por una baja en el gasto público, que avanzó 1,6%, menos que el 2% estimado inicialmente.
Aunque la medición en general para el tercer trimestre es ligeramente superior a lo esperado, sigue mostrando una tendencia a la desaceleración, especialmente en comparación al primer trimestre, en un contexto de guerra comercial con China que ha llevado a las empresas a reducir inversiones e inventarios ante la baja en el intercambio de bienes y servicios.
En el segundo trimestre del año (de abril a junio) la economía estadounidense había crecido a una tasa de 2%, mientras que en el primero (de enero a marzo), lo había hecho un 3,1%. Economistas encuestados por Reuters habían previsto que el avance del PIB del tercer trimestre sería confirmado en un 1,9% interanual, sin revisiones.
Para muchos economistas esto podría significar una desaceleración aún mayor en el último trimestre (de octubre a diciembre), llevando el crecimiento posiblemente en torno al 1%. Aunque otros señalan que el efecto adverso podría verse moderado por las compras por el Día de Acción de Gracias y Navidad, dado que el nivel de empleo y consumo se mantiene alto en la primera economía del mundo.