La semana pasada el BCRA avanzó nuevamente en la baja de tasas al llevar el piso de Leliq al 50% desde el 52%. Desde que la nueva administración asumió el 10 de diciembre, ya se produjeron una caída de 13 puntos en la tasa al pasar de 63% al nivel actual. En este sentido, la caída en la tasa de interés de la economía hace que los rendimientos de los activos en pesos sea menor, generando riesgos de que se genere mayor presión sobre la demanda del dólar blue y del contado con liqui.
El BCRA está decidido en seguir bajando la tasa de interés, buscando estabilizar a la misma en niveles más bajos para poder reactivar el crédito y la economía. El nivel de tasa de interés de la gestión anterior no estaba dando sus frutos en materia económica e inflacionaria, por lo que el BCRA de Pesce se muestra decidido en tomar un camino completamente distinto. Así, la tasa de interés ya se encuentra en 50% y si bien puede comenzar a servir desde el lado económico al abaratar el costo, el riesgo proviene por el lado de la brecha. Los pesos rinden menos y las presiones sobre el billete podrían incrementarse.
Nicolás Max, head de Asset Management de Criteria sostuvo que en la medida que los pesos estén menos remunerados el inversor busca otras coberturas para no ser licuado y eso termina presionando sobre la brecha cambiaria.
El cepo limita la compra de dólares, pero en la medida que se refuerza esa limitación, se obliga al demandante de dólares a recurrir a la dolarización vía dólar MEP o contado con liquidación. De esta manera, cuanto más atrapados artificialmente están los pesos, menor es la tasa de interés de equilibrio y a su vez mayor la brecha. En definitiva, cada baja de tasas del BCRA tiende a agrandar la brecha salvo que la misma acompañe a una baja de las expectativas de inflación , explicó Max.
Por su parte, Martín Saud, Senior Trader en Balanz coincide con Max y resalta que desde la compañía también ven riesgos de que la baja de tasas termine ampliando la brecha cambiaria.
Esto se debe a que al bajar la tasa, se desincentiva el ahorro en moneda local, motivando a los individuos y empresas a buscar refugio en el dólar . Y, teniendo en cuenta que el acceso al dólar mediante mercado oficial tiene cepo, muchos buscarán acceder mediante el contado con liquidación, generando directamente una ampliación de la brecha cambiaria, explicó.
Actualidad de la brecha
La brecha entre el dólar mayorista y el dólar Mep se encuentra en niveles de 33% mientras que con el contado con liquidación, dicha brecha alcanza el 36%. La brecha cambiaria había encontrado cierto grado de estabilización a finales del año pasado en niveles de 20%, con un tipo de cambio implícito en niveles de entre $ 70 y $ 75 y un mayorista en $ 60. Sin embargo, el rally en lo que va del año del dólar que paso de $ 70 a $ 80, amplió el diferencial a niveles de 33% a 36%.
Para Adrián Yarde Buller de Grupo SBS, el hecho de que hasta la primera mitad de enero, el gobierno haya relajado las condiciones monetarias para estimular la actividad, derivó en mayores presiones cambiarias.
Parte del exceso de expansión se corrigió en los últimos días ayudando a aliviar un poco las tensiones, aunque las tasas de interés reales que reciben los ahorristas se mantienen en territorio negativo haciendo atractiva la dolarización de portafolios para los inversores minoristas. Los controles de capitales ayudan al BCRA a preservar la estabilidad del tipo de cambio mayorista pero no pueden evitar que la caída de la demanda por pesos se manifieste en otros mercados, afirmó
Un BCRA agresivo gracias al cepo
La actual gestión llevó la tasa del 63% al 50%, y que si bien la entidad señala que la baja es gradual, la misma no se muestra con tales características. La agresividad en la baja de tasas que está llevando adelante el BCRA lo puede hacer gracias a la existencia del cepo cambiario.
En la gestión anterior, el Banco Central estaba condicionado en la baja de tasas ya que, al bajar los rendimientos de los activos remunerados en moneda local se producía un (casi inmediato) disparada del dólar. En otras palabras, el carry trade dejaba de ser negocio ya que la tasa en pesos no compensaba las expectativas devaluatorias por lo que se desarmaban las posiciones en Lebac, Lecap, etc. y se pasaban al billete.
Ahora bien, gracias a la implementación del cepo al dólar , el BCRA actual pudo tomar una postura más agresiva sobre la baja de tasas ya que no se dispara el dólar oficial. Sin embargo la presión seguirá estando sobre el contado con liquidación y el dólar Mep.
Nicolás Chiesa, director de Portfolio Personal Inversiones (PPI) considera que, si bien en un primer momento el cepo te ayuda, luego cuando la economía comienza a valuarse con el tipo de cambio blue o contado con liqui, las distorsiones siguen estando igual.
No significa que por la existencia del cepo se puede avanzar en una baja de tasa de interés . Cuando la economía se value a los precios del blue, las distorsiones seguirán estando presentes. Además, hay que sumarle que el mes de febrero es un momento sensible ya que tanto el BCRA de Sturzenegger como el de Sandleris fallaron en bajar la tasa de interés cuando en este mes bajaba la demanda de dinero. Tras bajar la tasa producto de la caída de la demanda de dinero, luego les exploto todo. Me temo que les vuelva a ocurrir lo mismo. Esperemos que no, dijo Chiesa
En línea con Chiesa, Martin Saud agregó que la existencia del cepo no implica que el ahorrista no busque dolarizarse, sino que lo hará por otros medios.
El hecho de contar con un cepo limita este riesgo, generando que el inversor o ahorrista que quiera comprar dólares deba hacerlo a un precio mucho más alto y a través de un mercado que es mucho más ilíquido que el oficial, dijo Saud.
Trampa de febrero
En línea con lo que resalta Chiesa, en febrero las dos ultimas administraciones del BCRA tomaron decisiones que le costaron desequilibrios significativos al peso, en los meses posteriores.
El nuevo equipo del Banco Central considera que la inflación tiene un fuerte componente inercial, los agregados monetarios están en mínimos históricos y las tasas reales siguen elevadas, apuntando a nuevas reducciones en el corto plazo. En esta línea, el BCRA explicó que busca relajar las condiciones crediticias y estimular la actividad económica.
Sobre este punto, Adrián Yarde Buller, economista de Grupo SBS señala que el trimestre diciembre-febrero suele ser desafiante para el manejo de la política monetaria, especialmente porque se trata de una época marcada por los vaivenes estacionales de la demanda de dinero.
La demanda aumenta con fuerza en diciembre (cerca de 6% mensual real) y luego inicia una caída casi tan pronunciada desde fines de enero. En los últimos años, el BCRA cayó en la trampa de febrero en más de una oportunidad y algunas razones sugieren que en 2020 la historia podría repetirse, alertó.