Deuda: creen que el FMI insistirá con reformas estructurales en el nuevo programa
En los EE.UU. quieren más precisiones del programa de Alberto. Avanzan las negociaciones con los bonistas y con el FMI. La revisión del Artículo 4° con la misión del FMI en la Argentina puede poner sobre la mesa nuevamente la necesidad de comprometer reformas laborales y del sistema jubilatorio.
La Argentina cuenta para la reestructuración de la deuda, con el beneficio de que los tres principales implicados tienen el deseo y la necesidad de un arreglo . Ese es uno de los motores que permitiría un arreglo ordenado a un proceso que aquí, en Washington, se aprecia como demorado y teñido de la subjetividad política por parte del Gobierno.
Diversas fuentes vinculadas con la Argentina y del mundo financiero revelan una fotografía de lo que van siendo los pasos de la administración.
El punto de partida que fijó el Gobierno es de un plazo de gracia de dos a tres años, con pagos parciales de los cupones
En ese sentido, se afirma aquí, -donde El Cronista junto con otros medios fueron invitados a una ronda de entrevistas con diversos referentes vinculados en la relación bilateral por AmCham Argentina, la cámara de comercio norteamericana en el país-, que el gobierno de Alberto Fernández debe aún mostrar más cartas de lo que quiere hacer en la Economía. Incluso para tener un respaldo mayor del Tesoro de los EE.UU.
El gobierno de Donald Trump está "distraído" en temas como el proceso electoral, el coronavirus, la guerra comercial con China, la situación en Irán y en Siria. Por eso, el proceso argentino no es una prioridad en la agenda, lo cual algunos think tanks evalúan como una ventaja para el país.
Pero aquí se observa que para el gobierno argentino la reestructuración de la deuda no es sólo el factor ordenador fiscal del programa económico. Su éxito, creen, terminará por "empoderar" a la gestión de Alberto Fernández y permitirá el despliegue de sus propias ideas.
Vuelve el FMI, con foco en las cuentas fiscales para la "sostenibilidad"El equipo técnico del Fondo Monetario Internacional (FMI), encabezado por la subdirectora del Departamento del Hemisferio Occidental, Julie Kozack, y el jefe de misión del Fondo para Argentina, Luis Cubeddu, llegará este lunes a Buenos Aires con el fin de continuar las discusiones sobre el programa económico y laestrategia de las autoridades locales para lograr la "sostenibilidad" de la deuda.
"El punto de partida de la renegociación con los acreedores privados es despejar entre dos y tres años de vencimientos, a lo sumo con el pago de parte de los cupones en el inicio", apunta una fuente involucrada en las conversaciones.
En la negociación de estiramiento de plazos, "haircut" de capital y están dadas las conversaciones en Nueva York con los fondos de inversión. A partir de ahora, continuarán los contactos que entablaron desde hace semanas los organizadores de Lazard, Bank of America y HSBC, preparando el terreno para negociar la oferta.
Causó sorpresa la designación de los bancos colocadores por parte del Gobierno. Se lee también como parte del equilibrio de poder que debe saldar Alberto Fernández
En ese sentido, fuentes involucradas en las conversaciones se mostraron sorprendidas de la definición, la semana pasada, de los bancos que contratará el Gobierno. Se espera ahora que haya una serie de subcontrataciones, en gran medida impulsadas por los fondos de inversión, que podrían sentirse más cómodos con otros actores.
Según entienden en Washington, la extrema liquidez de los mercados empuja a un arreglo a estos fondos. Sobre todo después de la nueva baja de tasas dispuesta por el Fed el martes para responder a la depresión provocada por el coronavirus.
"Los fondos de inversión con tenencias a largo plazo necesitan hacer colocaciones en un mundo que no les da rendimiento", indican.
"El peligro es que la volatilidad de los mercados y la retórica política termine por derrumbar el precio de los bonos y atraer a fondos buitre", advierten.
Los fondos de inversión tienen el incentivo para reestructurar los bonos argentinos de un mundo de, nuevamente, "tasa cero", pero la retórica política en su contra puede atraer a los buitres hacia bonos muy complejos de reestructurar
Observadores políticos señalan a la tercera parte de la mesa de la deuda: el FMI. En ese sentido, apuntan a que el organismo ha comprendido la necesidad política de Alberto Fernández, pero que lejos está de haber resignado sus posiciones en torno de lo que debe ser la sustentabilidad de la deuda.
"En el Fondo tienen que dar algunas explicaciones acerca de la exposición con la Argentina", apuntan, en sentido contrario, desde el mercado financiero, para señalar el interés del organismo en llegar a un acuerdo.
Los propios acreedores privados esperan que el Fondo señale el camino que recorrerá la Argentina para pagarles a ellos, señala Benjamín Gedeon, miembro del grupo de trabajo sobre Argentina en el Wilson Center.
"Normalmente el camino es acordar primero con el FMI, con quien se tienen compromisos escritos y estrictos, y luego ir con los fondos de inversión", señala.
En Washington afirman que, contrariamente a lo que se piensa, el FMI no ha abandonado las ideas básicas sobre reformas estructurales que necesita la Argentina, como la laboral y las jubilaciones
"Aquí se ha avanzado primero con los bonistas, pero eso no quiere decir que el Fondo tenga un papel menor. Argentina le está pidiendo la posibilidad de postergar su repago. Se dice que el Fondo tiene que proteger su imagen y no estoy de acuerdo", agrega Gedeon.
A su juicio, el grupo de economistas del FMI va a decir que la Argentina necesita cambios estructurales. "No tiene sentido que ahora no marque el tema de las reformas laborales o del sistema de pensiones, después de haberlo recomendado en el pasado. Hay un consenso dentro del Fondo de que la Argentina necesita esas reformas estructurales. Pero todo eso se dará dentro del diálogo de la revisión del Artículo 4°", indicó.
Allí juega -según la visión de analistas y desde las finanzas- la falta de definición de un programa económico consolidado.
En ese sentido, en Washington apuntan a que el Gobierno, a través del ministro Martín Guzmán en el Congreso, sólo definió el período de dos años hasta el logro del equilibrio fiscal como el margen mínimo de gracia para pagar tras la reestructuración que aceptará .
Aunque el proceso se dio al revés, un programa del FMI indica claramente y por escrito, con compromisos, cuál será el programa del país. Eso se verá en el "artículo 4°"
"Tanto los bancos, como el FMI, quieren un camino previsible para el crecimiento sostenible, tienen que mostrar una visión económica, y no lo están haciendo mucho", afirma Gedeon. Mientras tanto, se asegura aquí que en la negociación del nuevo programa con el FMI que sucederá al stand-by, allí si tendrá un rol relevante el Tesoro norteamericano, por su peso específico en el directorio.
Sin embargo, Gedeon advirtió que el Tesoro querrá poner foco en el plan económico. "No va a apoyar en el Fondo Monetario Internacional sin tener una visión sobre la economía del país", acotó.