Los economistas revisan sus proyecciones a la baja por el efecto Coronavirus
Prevén menores exportaciones y trabas en la negociación de la deuda. Y temen que la recesión se profundice si se repite la sicosis de 2009 con la gripe A.
"Lunes negro": las acciones argentinas, bajo el impacto del Coronavirus.
La crisis del Coronavirus podría profundizar aún más la recesión en la Argentina. De hecho, la mayoría de los economistas ya revisan sus proyecciones a la baja por el impacto de la epidemia a nivel global, las posibles complicaciones en la reestructuración de la deuda y la caída en los precios de los commodities (desde el petróleo a la soja).
Sin embargo, resume el director de Ecolatina, Lorenzo Sigaut Gravina, "la gran inquietud es lo que ocurra en el otoño y que el Coronavirus se convierta en una nueva gripe A". En ese invierno tan temido, la economía cayó 5,9% tras siete años de crecimiento a tasas chinas, lo que derivó en la primera derrota electoral del kirchnerismo.
El escenario global hoy es mucho más complicado, por el doble "Cisne Negro": el Coronavirus y la baja del precio del petróleo. Según los analistas, el impacto complica los planes de reestructuración de la deuda, un tema crucial para el Gobierno.
"A fines de febrero proyectábamos una contracción del PBI apenas por encima de 1%. Hoy la elevamos a 1,5%, mínimo", arriesga Sigaut.
Por su parte, el director de LCG, Guido Lorenzo, estima que la caída estará más cerca del 2%, "si la negociación por la deuda es exitosa y la Argentina no va a un default". Para este economista, la caída económica será menor, "cuanto más exitosa y rápida sea la salida".
El cimbronazo del Coronavirus ya se siente. En principio, por la menor demanda de productos argentinos desde los países más afectados, principalmente China. Analytica proyecta una caída en las exportaciones de los US$57.700 millones registrados en 2019 a US$53.500 millones para este año.
A esto habría que adosarle bajas en turismo, los menores precios de la producción local y las devaluaciones en las monedas emergentes, con particular preocupación por el real de Brasil, el mayor socio comercial de la Argentina. "Si a este panorama complicado le sumamos un problema sanitario, sería un combo espantoso", opina Marcelo Elizondo, director de la consultora DNI.
El temor radica en que el virus pueda propagarse en el país a partir de mayo, con los primeros fríos. Y que pueda repetirse aquella "tormenta perfecta" de 2009, que profundice una contracción económica que ya lleva 10 años. Fue después del conflicto con el campo, la crisis global de Lehman Brothers, la caída de los súper precios de la soja y la sequía del campo, que complicó la cosecha. "A todo eso se sumó la psicosis de la gripe A, que deprimió el consumo", recordó Sigaut. Este economista, de todos modos, añade que hoy "estamos menos expuestos que en otras partes del mundo, pero no resulta gratis".
Barbara Gueretza Echagüe, analista del estudio Arriazu, analiza que entre otras consecuencias, el Coronavirus está afectando a la economía mundial. "Se detiene el comercio internacional, bajan las importaciones, la producción, la demanda de productos y también los precios", dice.
Pero destaca que para la Argentina, el impacto por ahora es limitado. "Me parece más importante -interpreta- avanzar con la reestructuración de la deuda y la política fiscal".
Con respecto a las devaluaciones de las monedas emergentes, Gueretza sostiene que el peso tiene un valor adecuado. "La Argentina no lo necesita. El peso pasó de $ 17 a $ 60 y hoy no está apreciado. La clave es resolver la deuda y mantener una política fiscal y monetaria adecuada", dijo.
Elizondo, por su parte, evita ser tajante para evaluar las posibles consecuencias del Coronavirus en la Argentina. "El escenario internacional es muy complicado y no se puede evitar. Pero para afrontar esta tormenta, se debe contar con una política confiable y eso empieza con una negociación de la deuda que sea lo más amigable posible", expresó.
La epidemia global, analiza Matías Carugati, de Seido, "es un evento disruptivo en toda la cadena de valor". Esto implica que la propagación del virus, "le quita impulso al crecimiento económico mundial, lo que impacta "en las economías reales". A su entender, el impacto en la Argentina por ahora es bajo, pero "a esta economía no le sobra nada y con el cambio de temporada los riesgos van a cambiar". Esta consultora también está actualizando sus proyecciones en forma negativa, por los riesgos que implica la llegada del otoño.