Esperan un "diluvio de pesos": siete gráficos anticipan más presión sobre el dólar
En marzo la emisión monetaria se disparó fuerte, creciendo 32% respecto de finales de febrero. Una posición fiscal débil empujará a una mayor emisión en medio de la crisis del coronavirus.
La Argentina sigue sin ningún acceso de financiamiento en el mercado de capitales por la falta de avances con la reestructuración de la deuda, la única opción que tiene para hacer frente a la crisis del coronavirus y al parate económico es a través de la emisión monetaria. En marzo la misma se disparó fuertemente, creciendo $ 576.000 millones o un 32% respecto de finales de febrero. Mas allá de eso, hacia los próximos meses esperan un ?diluvio de pesos?, para seguir haciendo frente a la crisis. Analistas alertan que esto traerá serias consecuencias en términos de inflación y mayores presiones sobre el tipo de cambio.
La maquinita esta prendida y a todo vapor. La asistencia del BCRA al Tesoro es histórica. Actualmente alcanza niveles cercanos al 3,5% del PBI y roza los mismos alcanzados vistos en 2014
Los analistas de Portfolio Personal Inversiones (PPI) remarcaron que la liquidez de marzo fue ?hiper creciente?.
En promedio, la liquidez aumentó 4%. En marzo la base monetaria creció entre puntas $ 576.000 millones, es decir, 32% respecto al 29 de febrero, por una combinación de emisión bruta de $ 249.000 millones y una caída de pasivos (Leliq y pases) por $ 327.000 millones. Donde la emisión bruta se explica por una casi nula compra de reservas privadas ?sólo unos u$s 136 millones-, intereses pagados por $ 52.000 millones y unos $ 188.000 millones por asistencia fiscal, dijeron desde PPI.
Con un mismo análisis, Adrián Yarde Buller, economista jefe de Grupo SBS remarcó que la llegada del coronavirus provocó un fuerte impacto al mercado monetario por lo que el BCRA no sólo financió al Tesoro sino que además relajó muy agresivamente las condiciones monetarias para evitar problemas en la cadena de pagos.
La entidad inyectó $ 380.000 millones mediante sus instrumentos de esterilización monetaria y emitió otros $ 205.000 millones para financiar al Tesoro. Esto llevó a que la base monetaria creciera $ 576.000 millones a lo largo del mes, lo que deprimió las tasas de interés de corto plazo llevándolas cerca de 0% y también derivó en mayores presiones cambiarias, explicó.
Si bien la expansión monetaria fue importante en marzo, desde el mercado esperan que, hacia adelante haya un aluvión de pesos en el trimestre. Esto ocurre ya que, como dijo el presidente del BCRA Miguel Ángel Pesce, el Gobierno tiene una sola fuente de financiamiento que es, básicamente, la emisión.
Según los analistas de la compañía, la diferencia entre los vencimientos de letras y bonos en pesos, y un rolleo del 81% (registrado en marzo) permite estimar que el BCRA deberá emitir cerca de $ 26.000 millones por mes, haciendo un total de $ 78.168 millones entre abril y junio.
Otro de los motivos que harían un incremento en la emisión son, según PPI, los pagos de intereses.
Dado que el BCRA definió una caída de Leliq para financiar crédito a las pequeñas y medianas empresas al 24%, significa que el stock caerá en el trimestre, y por ende, caerán los ?pagos? que, en promedio, significarán una expansión de $ 41.000 millones mensuales, señalaron.
Por otro lado, proyectan una mayor emisión fiscal y el cual representa el flujo de expansión más complicado de estimar ya que los números fiscales serán peores por la caída de la actividad y la expansión del gasto por la pandemia, y sin ?ningún? recorte alguno del gasto corriente en los próximos meses.
Si estimamos que el costo de la pandemia alcanzarían el 1,2% del PBI, la expansión promedio a calcular por este punto sería de unos $ 150.000 millones mensuales. En resumen, la emisión neta en los próximos meses alcanzaría más de $ 300.000 millones promedio. Ello significaría un fuerte aumento de la base monetaria, que pasó a crecer 48% interanual en marzo, y superaría más del 100% interanual en este crucial trimestre, alertaron.
Por su parte, Yarde Buller espera que el si bien el BCRA podrá revertir parte del relajamiento destinado a aliviar la situación de las empresas, cree también que el Central asistirá al Tesoro con unos $ 700.000 millones hasta fin de año, aumentando las presiones inflacionarias desde el mercado monetario.
Esperamos para 2020 una inflación de 44% con la mayor parte de las presiones concentrándose en el segundo semestre del año, proyectó.
De igual manera, alertaron que se pueden ver mayores presiones sobre el dólar y la inflación en el corto plazo por la mayor emisión monetaria observada. .
Como referencia, vale la pena recordar que en 2018 se verifico un proceso de desarme de Lebac, lo que significó una aceleración del tipo de cambio. En los próximos meses, podría existir una dinámica similar, por lo que todo apunta a que bajo un escenario de aceleración de la inflación -aún con los controles-, las tasas reales en pesos serían sustancialmente negativas, advirtieron.
Débil posición fiscal acelera la emisión
Antes de la crisis del coronavirus, Argentina se encontraba bajo una débil posición fiscal. En el primer bimestre el gasto primario se aceleró al 51% interanual mientras los ingresos no llegaron a compensarlos, creciendo solo 38,6% interanual. De esta forma, se cortó la buena dinámica fiscal iniciada en 2017 rompiendo una racha de 30 meses consecutivos con los ingresos creciendo por encima del gasto. El coronavirus representa un serio problema para las arcas del Gobierno por lo que recaerá aun más en mayor emisión para financiar el difícil fiscal.
Juan José Vázquez, head de research de Cohen anticipó que el coronavirus va a terminar agravando fuertemente el desequilibrio fiscal que vienen presentando las cuentas nacionales.
El margen de emisión que el actual Gobierno contaba luego del congelamiento de la base monetaria aplicado en los últimos dos años de Macri se disipa y toda nueva emisión puede generar riesgos de mayor presión inflacionaria y suba de brechas del tipo de cambio una vez que el shock económico por el coronavirus termine de asimilarse, señaló Vázquez.
Los analistas de Grupo SBS esperan un considerable aumento del déficit primario.
Estimamos que las medidas de estímulo anunciadas por el gobierno tendrían un impacto fiscal de al menos 0,7% del PBI. Por otro lado, la contracción de la economía llevará a un deterioro de la recaudación de impuestos fuertemente vinculados al ciclo económico. Además, el desplome de exportaciones e importaciones afectará la recaudación de impuestos vinculados al comercio exterior a la vez que es esperable una mayor mora impositiva de las empresas a medida que éstas prioricen el pago de sueldos y deudas con proveedores, puntualizaron desde Grupo SBS.
Sobre la base de estos factores, desde la compañía proyectan que el déficit primario empeorará indudablemente en 2020 acercándose a la zona de 2,5% del PBI , lo que recaerá sobre mayor emisión hacia adelante.
La falta de acceso al financiamiento evita que se pueda suavizar este efecto en el tiempo y probablemente llevará a que la brecha sea cubierta con emisión, afirmaron.
Una crisis diferente
Claramente el mundo se enfrenta a una crisis nunca antes vista en la historia. Por ello es entendible que los distintos países del mundo se encuentren inyectando grandes cantidades de dinero para sostener a sus respectivas economías. Si bien el efecto del coronavirus esta impactando de lleno en la economía local, desde el mercado señalan que esta crisis tiene características importantes que resaltar.
Alejandro Kowalczuk, head de Asset Management de Argenfunds explica que esta crisis no se resuelve con política monetaria expansiva ya que la misma tiene sus inicios en la economía real, que luego genera consecuencias en el lado financiero.
Lo primero que debemos entender es que esta no es una crisis que comienza por el lado de la demanda o del sector financiero y luego impacta en la economía real, sino que se da justamente lo opuesto: comienza por el lado de la economía real e impacta en lo financiero. El problema que elCovid-19 genera en lo inmediato sobre la producción de bienes y servicios, es resultado de la cuarentena y aislamiento social y no puede solucionarse con medidas de política monetaria, afirmó.
Dado que para el especialista, la caída en el PBI es por el shock de oferta y no se resuelve con política monetaria expansiva que busque incentivar la demanda.
Si bien son necesarias políticas de asistencia y contención social, hay que tener en claro que solo sirven como paliativos para los sectores más desprotegidos. La solución se dará con el levantamiento de la cuarentena y por eso es importante evitar un segundo shock sobre la economía real, el derivado de la quiebra de numerosas empresas y pérdida de puestos de trabajo. Es allí donde debería poner foco el BCRA, señaló Kowalczuk.