Tiempo de descuento para la deuda: el Gobierno les fijó a los bonistas la fecha límite para aceptar
El ministro Martín Guzmán hizo la presentación en Estados Unidos. Y también se publicó el decreto en el país. Tómalo o déjalo, la fórmula para acordar o entrar a un nuevo default
El Gobierno presentó este miércoles ante la SEC, el organismo regulador del mercado bursátil, el prospecto con la propuesta de canje de deuda . Es donde la Argentina detalla las condiciones técnicas de la oferta.
En el documento, se pone una fecha límite para aceptar la oferta: el 8 de mayo. "La invitación caducará a las 5 p.m. (hora de la ciudad de Nueva York) el 8 de mayo de 2020", dice la presentación, pero agrega que la Argentina puede prorrogar o cancelar ese plazo.
La presentación ante la SEC se produce el mismo día en que el Gobierno publicó en el Boletín Oficial el decreto con la reestructuración. Allí, en el artículos 3, establece que "el Ministro de Economía podrá realizar las modificaciones que fueren necesarias en el modelo del Suplemento de Prospecto" pero aclara que esos cambios podrán hacerse "en la medida que dichas modificaciones no alteren (i) la lista de Títulos Públicos detallados en el Anexo I del presente decreto, (ii) los términos y condiciones financieras y, de ser aplicable, las cantidades totales de los títulos a emitirse para dar efecto a la operación de reestructuración planteada y (iii) los ratios de canje propuestos".
El Gobierno busca reemplazar deuda en moneda extranjera bajo ley Nueva York por US$ 68 millones. A cambio ofrecerá títulos que vencerían entre 2030 y 2047. Habrá una quita de 62% en los intereses y 5,4% en el capital y habrá tres años de gracia. Recién se empezarían a pagar intereses a fines de 2022 y el capital comenzaría a desembolsarse en noviembre de 2026. Esto es en términos general, luego cada bono tiene sus propias condiciones. La propuesta del ministerio de Economía supone la emisión de cinco títulos nuevos, con vencimientos en 2030, 2036, 2039, 2043 y 2047.
Este miércoles 22 vencen pagos por US$ 500 millones que el Gobierno ya anticipó que no pagará. Tiene 30 días de plazo extra para evitar entrar el default. Si el 22 de mayo no paga ni tiene cerrada la reestructuración, Argentina volvería a entrar en cesación de pagos.
Tómalo o déjalo, la fórmula para acordar o entrar a un nuevo default
La oferta que el Gobierno le hizo a los bonistas hay que separarla en partes. En primer lugar es saber por qué la Argentina repite de forma constante un esquema donde termina endeudada de tal forma que no puede cumplir con los compromisos pactados. Podemos asumir que somos un pueblo irresponsable, que ignoramos cómo funciona la economía y que gastamos más de lo que generamos. Pero la contraparte de esta situación es por qué hay inversores que apuestan a un país que tiene esos comportamientos.
Los inversores también son responsables cuando invierten. No el minoritario que tal vez confió en un fondo o en un trader para conservar sus ahorros. El objetivo del ahorrista siempre es ganar más, los más conservadores, en todo caso, se conformarán con menos ganancias.
Pero eso los grandes fondos no se pueden sorprender por la oferta de la Argentina. En el Gobierno la decisión es simple. Más allá de la señal de los mercados, el lema de la sostenibilidad de la deuda es clave. Es decir, la oferta que se presentó es la que el equipo económico encabezado por el ministro Martín Guzmán sostiene que se puede pagar, no está abierta a negociación.
Los 21 bonos actuales que se intentarán canjear por los 10 bonos nuevos, tienen como premisa estirar los plazos, bajar los intereses y reducir el monto de la deuda. El atractivo es que los bonos cotizan a un valor mucho menor que cuando salieron al mercado, y que de los nuevos de empieza a cobrar el capital antes del vencimiento.
"Lo que tratamos es que el flujo de la deuda sea armónico. Por eso la propuesta está enfocada en las necesidades de financiamiento que van a ser razonables de acuerdo al dinero con el que contará el país. Los cupones son más bajos y el capital a pagar está distribuido", dijo a El Cronista el día de la oferta una alta fuente de Economía.
La oferta que en líneas generales tiene una quita en los intereses, y la mayoría 5% de recorte en el capital y tres años de gracia, fue de alguna forma presentada a los grandes grupos de acreedores durante el último mes bajo el secreto de confidencialidad. Por lo tanto, más allá de lo que los acreedores decidan, la propuesta de reestructuración actual está lejos de sorprenderlos.
Por último, la oferta oficial tiene un diseño de premios y castigos dónde se ofrecen grupos de bonos que el acreedor si acepta las condiciones tiene posibilidades de elegir el título que desea, o rechazar la oferta pero que sea arrastrado por la mayoría de los tenedores. En este último caso, los acreedores no podrán elegir el bono y el Gobierno definirá en qué combo ingresa. Por último están lo que elijan quedarse con los bonos actuales donde aún no existe la definición de qué ocurrirá con ellos.