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 El Cronista Comercial

Post-cuarentena: el déficit fiscal primario superaría el 5% del PBI y advierten por la "lluvia de pesos"

Las medidas para aliviar los efectos de la cuarentena en la economía implicarían un incremento de partidas equivalente al 3,5% del PBI. Eso se suma al deterioro de los ingresos tributarios y el agujero fiscal previo.

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La expansión del gasto que representan las medidas de apoyo del Gobierno para contrarrestar la crisis por el coronavirus y la baja real de la recaudación tributaria debido al parate económico pueden llevar al déficit fiscal primario por encima de 5% del PBI.

Así lo estimó la consultora LCG, que antes de la cuarentena preveía un rojo de 1,3% del producto. Ahora, vaticinan una caída de la recaudación de la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP) en torno a los 2 puntos del PBI en todo el año, lo que decantará en menores recursos para el Gobierno por 1% del producto. El resto impactará directamente sobre las finanzas provinciales, consideran.

El estudio de LCG aclara que el 5,1%, que equivale a $ 1,5 billones, "luce como un piso",  dado que la prolongación de la recesión podría llevar al Gobierno a mantener partidas tales como el Ingreso Familiar de Emergencia (IFE) de $ 10.000  u otras medidas de asistencia.

"El riesgo es que se eleva la probabilidad de que el IFE u otro programa de ingresos se transforme en un nuevo gasto automático difícil de desarmar en el futuro; sobre todo teniendo en cuenta las pobres condiciones sociales de base y el deterioro que dejará el coletazo de la pandemia sobre esta", sostuvo LCG.

En cuanto a las provincias, LCG no descarta que la administración nacional intensifique los adelantos transitorios (ATN) y los préstamos del Fondo Fiduciario de Desarrollo Provincial (FFDP) para las gobernaciones con mayores problemas financieros.

"Los $ 120.000 millones destinados a las arcas provinciales vía ATNs y préstamos del FFDP a todas luces parecen escasos. No llegan a cubrir la masa salarial del conjunto de las provincias, que ronda los $ 170.000 millones por mes. En este caso también es probable que la ayuda provincial tenga que ser intensificada", sostuvo.

Las necesidades de pesos no terminan ahí, dado que el Gobierno deberá afrontar pagos de títulos públicos en moneda local por $ 500.000 millones. "Parte de estos vencimientos no se están pudiendo renovar y la alternativa es el reperfilamiento continuo o abonar", señaló.

De esta manera, LCG estima que las necesidades financieras de moneda doméstica hasta fin de año rondaría los $ 2 billones, por lo que la clave pasa a ser cómo se fondea.

De dónde saldrán los pesos

Por un lado, más allá de si se llega a un acuerdo o no con los bonistas por la deuda externa, la consultora rechaza la posibilidad de que Argentina vuelva al mercado financiero internacional en el corto plazo, en tanto indicó que la plaza local se encuentra "comprometida".

"El Gobierno está intentando construir una curva de bonos en pesos con títulos atados al CER. En un contexto de caída real de la recaudación por desplome de la actividad, la curva indexada por completo genera un riesgo sistémico alto. Pero más allá del riesgo, lo que se observa es que al Tesoro le cuesta renovar la totalidad de los vencimientos en pesos", afirmó.

Por ende, los economistas de LCG señalan que la emisión monetaria parece ser la única alternativa viable en este contexto y financiar los $ 2 billones de necesidades en pesos por esta vía supondría un aumento de la base monetaria de 144% anual, trepando a 10,6% del PBI. "Este es un escenario luce exagerado pero que no podemos descartar dadas las escasas alternativas que se presentan", indicaron.

Si bien la base monetaria venía en franco aumento desde el comienzo de la cuarentena a tal punto de subir 20% hasta más de $ 2,4 billones, un cambio normativo del Banco Central (BCRA) sobre la tenencia de Leliq la redujo en casi $ 500.000 millones al 17 de abril.

Aunque quitó presión a la cantidad de dinero en circulación, el estudio considera que estos pesos volverán a integrar la base monetaria si el faltante no se financia con superávit fiscal.

"A menos que se financie con superávit fiscal y cuasifiscal a futuro, los pesos tarde o temprano aparecen en el mercado. Esta ‘maldición’ está pesando sobre el BCRA desde hace años, Lebac, Leliq, Pases o cualquier instrumento es difícil de desarmar si no se paga con superávit", aseveró la consultora.

La expansión de pesos derivará en una aceleración de la inflación, destaca LCG, que estima este año que cerrará en 57% sin ver una mejoría en 2021. "Definitivamente, las alternativas de no se corregir rápido el déficit o no esterililzar la lluvia de pesos, en algún momento repercutirá sobre los precios", completó el trabajo.