Las condiciones financieras están en su peor nivel desde la crisis de 2008
El índice que elaboran los ejecutivos de finanzas arroja que la situación local está bajo un estrés similar a 2001.
Miguel Pesce, presidente del Banco Central, está imponiendo medidas cotidianamente para frenar la dolarización.
Las condiciones financieras tocaron su peor nivel desde la crisis de noviembre de 2008. Así se desprende del Índice de Condiciones Financieras (ICF), que elabora el Instituto Argentino de Ejecutivos de Finanzas, que en abril cayó 47,6 puntos, hasta alcanzar -301.4 puntos. Es el segundo peor registro de la serie histórica, que comenzó en 2005.
El índice cayó por el impacto que tuvieron las condiciones locales, en tanto que la situación externa también empeoró pero en menor magnitud.
Entre las situaciones locales que más pesaron están el aumento del riesgo legislación en medio de las negociaciones por la restructuración de la deuda, y por la fuerte suba de la brecha cambiaria, frente al desplome de las tasas de interés. Todo esto en medio de la cuarentena.
Al conocerse la propuesta de restructuración de la deuda ley extranjera, las condiciones esperadas para el tratamiento de la deuda bajo ley local se volvieron más pesimistas. Por el lado de la brecha cambiaria, una combinación de política monetaria expansiva e incertidumbre por un posible default generaron mayores dudas y, en consecuencia, un incremento en la dolarización. En este contexto, la brecha cambiaria entre el tipo de cambio oficial y el contado con liqui saltó desde niveles de 35% hasta 80%. El Banco Central casi no pudo comprar reservas durante el mes y tuvo que intervenir como vendedor, por menor liquidación de divisas especialmente del sector agroexportador. Así, las reservas internacionales se mantuvieron estables y los depósitos en moneda extranjera del sector privado disminuyeron US$ 286 millones. De este modo, las condiciones locales profundizaron el estrés hasta ubicarse en -177.9, el peor registro de la serie con comienzo en 2005.
"Hay que retrotraerse a la crisis del 2001 para encontrar un nivel de estrés mayor que el actual. Las condiciones locales permanecen en zona de estrés desde agosto de 2018 y el 50% de las variables que componen el subíndice están severamente estresadas, destacándose el riesgo legislación y el riesgo país", indica el informe.
Las condiciones externas el mes pasado ya habían experimentado su peor y más rápida caída desde octubre 2008. El 60% de las variables que componen el subíndice externo alcanzaron niveles de estrés severo, destacándose la volatilidad en commodities y en acciones de países emergentes.
"La economía argentina siempre creció en forma sostenida cuando las condiciones financieras se mantuvieron en zona de confort durante un lapso prolongado. Ante el reciente colapso tanto de las condiciones externas como locales, cabe esperar que la actividad económica experimente este año uno de sus peores desempeños de los últimos años. Vale recordar que valores negativos del índice o cualquier variable corresponden a situaciones de estrés mayores al promedio histórico, valores positivos a situaciones de confort y cercanos a cero corresponden a condiciones relativamente normales", explica el trabajo.