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 Infobae - Economía

Deuda. Se dilatan las negociaciones entre el Gobierno y los bonistas. Julio Piekarz: "Se requiere un acuerdo rápido para buscar nuevas fuentes de financiamiento"

El economista y asesor financiero alertó en una entrevista con Infobae que el financiamiento del gasto de la pandemia con emisión no tiene gran margen adicional. La absorción del BCRA ya equivale al 70% de los depósitos en pesos del sector privado

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Fuente: Archivo

Se dilatan las negociaciones entre el Gobierno y los bonistas

Luego de que las negociaciones no encontraran aún caminos que hicieran converger los objetivos de todas las partes en un acuerdo común, los acreedores con bonos argentinos bajo legislación extranjera tendrán -si no hay más cambios- su oferta definitiva a finales de esta semana.

Pese a que dos fuentes del oficialismo contaron a LA NACION  el viernes pasado que la enmienda a la oferta presentada el 20 de abril -y cuya negociación fue prorrogada por tercera vez hasta el viernes- se haría a entre hoy por la noche y el miércoles, las posiciones entre el Gobierno y algunos de los fondos de inversión más duros parecen todavía no haber logrado un descongelamiento que terminara de acercar a las partes hacia un acuerdo definitivo.

En ese sentido, el Ministerio de Economía confirmó que la presentación de la enmienda a la oferta -una mejora formal de la propuesta- se hará "a finales de esta semana". 

Una vez realizada ante la Comisión de Bolsa y Valores de los Estados Unidos (SEC, por sus siglas en inglés), se abrirá un proceso de 10 días para definir la adhesión formal. La primera oferta tuvo una aceptación el 8 de mayo cercana al 13%, según datos del mercado. Sin embargo, el ministro de Economía, Martín Guzmán, descartó ese número ayer en una entrevista con Perfil dijo que la oferta nunca se cerró y que continúa abierta. No obstante, no reveló el porcentaje de aceptación una vez finalizado el deadline  que marcó el Gobierno. 

La decisión oficial de enmendar la propuesta oficial ante la SEC generará localmente una publicación en el Boletín Oficial.  Ambas iniciativas se harán casi en simultáneo.

En el Ministerio de Economía contaron ayer que es probable que vuelvan a firmarse acuerdos de confidencialidad o non-disclosure agreement   (NDA, según las siglas en inglés) con los comités de acreedores en estos días con el objetivo de afinar la nueva oferta que hará el Ejecutivo. En ese período, los fondos de inversión no puede negociar en el mercado.

"Se supone que en ese lapso, siempre dentro del mínimo posible, se intentará llegar al acuerdo de partes. Las negociaciones continúan",  dijeron a LA NACION  desde Economía. Cerca de Guzmán no quisieron dar precisiones sobre cuál es cuantitativamente la diferencia existente.

Sin embargo, se prevé que el valor presente neto (VPN) a una tasa de descuento del 10% será menor a los 50 centavos por dólar, que prácticamente "no habrá quita de capital" y que, luego de que en el último retoque se hayan aceptado cambios en el período de gracia (de tres a dos años), no haya nuevas modificaciones al respecto. Los cambios podrían aparecer fundamentalmente en los pagos que vengan luego de 2024.

Tales indicios fueron adelantados por el principal aliado del Gobierno de Alberto Fernández en la negociación. Tras una charla en los últimos días entre la directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Kristalina Georgieva, y el Presidente, el Fondo reafirmó que el país tiene un "margen limitado" para mejorar su propuesta a los acreedores privados. Vale recordar que la Argentina es el principal deudor del FMI en el mundo en el marco de los programas Stand-By (SBA). Esto significa que Georgieva y los bonistas privados pelean por quedarse con la mínima capacidad de pago de deuda que tendrá el país en el futuro. 

"Es difícil ver cómo una reestructuración con una recuperación en VPN de la deuda por encima de 50 centavos por dólar (asumiendo una tasa de descuento del 10%) puede ser consistente con restaurar la sostenibilidad de la deuda", definieron fuentes técnicas del Fondo la semana pasada. Pero además, según fuentes oficiales, el mismo FMI destacó en su comunicado público dónde existe ese "margen limitado" para mejorar la oferta argentina. 

"El servicio de la deuda a los acreedores privados en 2020-24 sería lo suficientemente bajo como para mitigar los riesgos de refinanciamiento a corto plazo", escribió el FMI sobre los supuestos macroeconómicos y de sustentabiliad de la deuda elaborados para el país.

"Si en esos años se aumentan un poco los pagos eso el servicio de deuda se volvería 'insuficientemente' bajo", releyó un hombre vinculado a la negociación y que forma parte del Gobierno. El técnico agregó: "Se está diciendo dónde no hay lugar (ente 2020 y 2024) para mejorar la oferta y dónde sí existiría el margen". 

La semana pasada, dos fuentes oficiales se quejaban de la "intransigencia" de algunos fondos de inversión. El más duro, describían en el Gobierno, era Ashmore, firma vinculada a los mercados emergentes y decidido a marcar una posición clara, explicaron, en el país. Luego aparecía Blackrock, la firma de gestión de activos más importante del mundo. El tercero en la lista oficial era Fidelity. Sin embargo, varios de estos fondos ya habían bajado sus expectativas en una propuesta conjunta de dos comités realizada quince días atrás. Para los fondos se trataba de una propuesta sustentable, pero para el Gobierno el acercamiento fue insuficiente.

La negociación se reabrirá esta semana con la consigna del Gobierno de lograr una acuerdo positivo, para evitar así un default total de su deuda, no dejar lugar al retorno de los fondos buitre y comenzar a planificar una agenda económica de la pospandemia.

Julio Piekarz: "Se requiere un acuerdo rápido por la deuda para buscar nuevas fuentes de financiamiento que bajen la presión al Banco Central"

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"Mi escenario base es que el Presidente se inclina por llegar rápidamente a un acuerdo por la deuda. Pero se perdieron meses valiosos, y Argentina fue débil a la negociación con los acreedores"

La negociación de la reestructuración de la deuda con los bonistas bajo legislación extranjera compite en cantidad de prórrogas de la fecha para el cierre con la de la cuarentena por la pandemia de la COVID-19 que afecta a la totalidad de los aglomerados urbanos con más de 500 mil habitantes, y en menor medida en el resto del país, ahora hasta el 12 de junio en el primer caso (empezó más tarde) y el 21 de junio en el segundo.

Ese no es sólo el único punto de coincidencia entre los efectos de la prolongación de la negociación de la deuda y la cuarentena, sino también lo son sus efectos nocivos sobre la marcha de la economía y del empleo, porque impide encontrar fórmulas más rápidas para comenzar a revertir la profunda recesión y empezar a sanear las cada vez más debilitadas finanzas públicas.

Frente a esa realidad, algunos economistas, como Julio Piekarz, ex gerente general del BCRA y consultor de empresas locales y del exterior, principalmente, dijo en una entrevista con Infobae: La pandemia, con el consecuente estallido del gasto público, puso ahora al Banco Central bajo lo que podemos llamar ´ultra dominancia fiscal, porque la emisión es la única fuente de financiamiento que tiene hoy la Argentina, y ha transferido, un enorme volumen de fondos al Tesoro. De ahí que consideró clave un rápido acuerdo para la reestructuración de la deuda para buscar otras fuentes de asistencia al sector público.

- ¿Cómo ve el proceso de renegociación de la deuda pública bajo legislación extranjera?

- Innecesariamente lento, y con un default que pudo evitarse. Mi escenario base es que el Presidente se inclina por llegar rápidamente a un acuerdo. Pero se perdieron meses valiosos, y Argentina fue débil a la negociación. Sin programa y refinanciación de la deuda con el FMI, sin revisión del Art. IV, sin mostrar un programa económico de estabilización y crecimiento, aun prepandemia. Y con una propuesta inicial muy baja y desprolija, que tuvo un rechazo mayoritario previsible.

- El FMI aparece como un actor activo en el respaldo de la propuesta del Gobierno argentino, porque lo considera consistente con el restablecimiento de la sostenibilidad de la deuda con alta probabilidad ¿Comparte ese criterio, habida cuenta de que el Ministerio de Economía no ha presentado un plan integral de política para el corto y mediano plazo?

- El FMI no tiene fuertes credenciales en sostenibilidad de la deuda. En el stand by de junio de 2018 dijo que la deuda era sostenible, y esperaba que el acuerdo fuera precautorio porque los mercados volverían enseguida a financiar a la Argentina, lo que por supuesto no ocurrió.

El FMI no apoyó la propuesta inicial de Argentina, sino la segunda, más prolija y claramente mejorada, e incluso ha sugerido que aún hay un margen adicional para aumentarla.

Y también hay que aclarar que en su Nota Técnica sobre sostenibilidad, el FMI sugiere un alivio en el flujo de caja de los pagos de deuda entre 2020 y 2030, no un valor especifico de quita. Tanto la segunda propuesta de la Argentina como las contrapropuestas de los acreedores son bastante compatibles con ese pedido.

- En un tuit destacaba: viendo la nueva contrapropuesta mejorada de los fondos de inversión, creo que la propuesta del ministro incurre en la falacia de innecesario sobre énfasis en la consistencia intertemporal ¿Por qué?

- Aun con el alivio de la reestructuración, la sostenibilidad de la deuda reprogramada dependerá de la calidad de las políticas monetarias, fiscales y cambiarias de la Argentina. La propuesta original de Martín Guzmán implica muy poco esfuerzo fiscal para generar a futuro un superávit fiscal primario digno, y muy poco interés en lograr el reacceso a los mercados para que a partir de algún momento refinancien los vencimientos, dejando así mayores recursos para poder crecer.

Es una posición extrema que lleva al pésimo negocio de ir al default en vez de esforzarse en desarrollar políticas monetarias y fiscales prudentes que atraigan la inversión financiera y real y promuevan las exportaciones.

La propuesta original de Martín Guzmán implica muy poco esfuerzo fiscal para generar a futuro un superávit fiscal primario digno, y muy poco interés en lograr el reacceso a los mercados para que a partir de algún momento refinancien los vencimientos, dejando así mayores recursos para poder crecer

- ¿Qué implicancias sobre la economía de las empresas y familias cabe esperar luego de un esperado proceso de reperfilamiento de los vencimientos de la deuda pública?

- A corto plazo permitirá una recuperación más rápida a la salida de la pandemia, que igual será algo más lenta de lo deseable. A más largo plazo, bajará el riesgo de rollover que permanentemente ha generado desestabilización financiera y pérdida de actividad y empleo. Las provincias podrán refinanciar sus deudas y las empresas recuperar el crédito comercial y acceder a financiamiento para inversiones.

- En la última semana el Banco Central cumplió 85 años desde su creación con los objetivos de promover la estabilidad monetaria, la estabilidad financiera entra el empleo, y e desarrollo económico con equidad social. Sin necesidad de recordar los factores que hicieron que en la mayor parte de ese período no se honraran esos principios ¿Cómo ve hoy a la institución, y en particular las últimas medidas destinadas a orientar el crédito, agudizar el control de cambios, e incurrir en un creciente financiamiento al Tesoro con Adelantos Transitorios crecientes y giro de super utilidades, por cambios en los criterios de valuación de sus activos?

- Con muy pocas excepciones el Banco Central ha sido por décadas víctima de la ?dominancia fiscal?, es decir de las necesidades del Tesoro. En 2016 y 2017, para no ir más lejos, financió generosamente al Tesoro, además de incurrir en un déficit cuasi fiscal del orden de 2% del PBI, que tiene el mismo origen. Y en 2019, en forma incipiente, volvió a hacerlo.

La pandemia, con el consecuente estallido del gasto público, puso ahora al Banco Central bajo lo que podemos llamar ultra dominancia fiscal, porque la emisión es la única fuente de financiamiento que tiene hoy la Argentina, y ha transferido un enorme volumen de fondos al Tesoro.

A partir de abril, por los aumentos de las brechas cambiarias y los temores inflacionarios, el Banco Central comenzó una política agresiva de absorción vía pases y Leliq. Con lo que gran parte del mayor déficit fiscal esta siendo financiado indirectamente por el sistema financiero. La consecuencia es que agravó la estatización del crédito del sistema financiero, y más del 70% de los depósitos privados en pesos están financiando al sector público, con el corolario además de desplazar el crédito al sector privado.

No hay gran margen adicional para esta política, y se descuenta que a medida que se salga de la pandemia el Banco Central tendrá el desafío de absorber esa emisión que en el corto plazo demora su efecto sobre la cotización del dólar y el nivel general de precios, por la multiplicación de controles que hay sobre ambos, pero sabiendo que la presión seguirá y por algún lado se seguirá manifestando.

El riesgo inflacionario se agravó con la resolución del Banco Central que limita el acceso al mercado oficial de cambios a los importadores. Es una cuasi devaluación, y el sistema de precios, parcialmente, se irá adaptando a un tipo de cambio mayor para las compras externas.

Con muy pocas excepciones el Banco Central ha sido por décadas víctima de la ?dominancia fiscal?, es decir de las necesidades del Tesoro

- ¿Por qué la abultada emisión de pesos destinada a financiar el déficit fiscal es rápidamente absorbida a través de instrumentos de regulación monetaria, como las Leliq con un costo de 38% anual? ¿Es un buen mecanismo, o existen otros más eficientes?

- El mejor mecanismo para absorber la emisión es la colocación de deuda del Tesoro. El ministro de Economía manifestó el objetivo de recrear el mercado de deuda pública en pesos, pero eso se demoró parcialmente por varias desprolijidades ocurridas en el proceso, y que se fortalezca depende de que se acuerde la reestructuración de la deuda en moneda extranjera -local e internacional-, mejore la recaudación de impuestos a medida que se salga de la pandemia, se logre contener las expectativas inflacionarias y mejoren las cuentas externas.

- Más allá del efecto negativo de la pandemia de la COVID-19 sobre las finanzas públicas, porque el Aislamiento Social Preventivo y Obligatorio, en particular en los grandes aglomerados urbanos donde se concentra la actividad productiva, comercial y el empleo, debilitó al extremo los recursos tributarios y potenció el gasto en asistencia social ¿Cómo ve el resto de las cuentas públicas, en particular las partidas destinadas a subsidios económicos y salarios de la administración central?

- Las cuentas fiscales tienen en medio de la pandemia un doble castigo, por caída de la recaudación real y fuerte aumento del gasto. La recuperación de la recaudación depende de acelerar una salida inteligente y sanitario compatible de la pandemia. Eso demorará, igual que la normalización del gasto, sobre todo si la recuperación post pandemia es lenta. Por eso es tan importante recuperar el mercado de deuda en pesos y cerrar la reestructuración, para ver si es posible acceder a financiamiento de otras fuentes que no sean el Banco Central.

- ¿Y el frente externo? ¿La economía argentina requiere más o menos control de cambios?

- Cuanto menor es la calidad de la política económica y la confianza, mayores son los controles de cambios. La pandemia, con sus necesidades impostergables, nos ha nublado en parte la visión de cuál sería el programa económico del gobierno. Pero se percibe un sesgo a buscar la desdolarización vía controles, que no es lo óptimo, excepto en circunstancias extraordinarias. Esperemos que pos pandemia se de ponderación a políticas que generen confianza y, en la línea de lo que dijo el presidente del Banco Central, Miguel Pesce, se desactiven los controles.

Se percibe un sesgo a buscar la desdolarización vía controles, que no es lo óptimo, excepto en circunstancias extraordinarias. Esperemos que pos pandemia se de ponderación a políticas que generen confianza

- ¿Qué vida le ve a los tipos de cambios múltiples y alternativos? ¿Qué efectos generan en el presente y a futuro sobre la economía real?

- Perjudican la asignación eficiente de recursos, generan confusión en el sistema de precios, no permiten que se manifiesten los desequilibrios, y desalientan las exportaciones y la inversión, tanto externa como doméstica. Es exactamente lo contrario de lo que se necesita para afianzar la sostenibilidad de la deuda luego de la reestructuración. Más allá de cualquier flexibilización que haga el Banco Central, creo que las limitaciones a las compras para atesoramiento seguirán por bastante tiempo.

- Las reservas de divisas en el Banco Central se redujeron al filo de los USD 40.000 millones en términos brutos, pero las de libre disponibilidad, incluyendo las tenencias de oro, habrían caído debajo de USD 10.000 millones ¿Qué significan esos valores?

- Esa cifra incluye los encajes que los bancos mantienen en el Banco Central por los depósitos en moneda extranjera, que no deben computarse bajo ningún concepto. Las que corresponden al swap con China habría que ponerlas a prueba si llegara una circunstancia. Las reservas líquidas de libre disponibilidad son bajas para lo que necesita la Argentina, y por ello es urgente cerrar el tema deuda externa pública y como mínimo reorientar el programa económico hacia la expansión de las exportaciones, el regreso de la inversión, y la estabilidad no artificial de nuestra moneda.

- ¿Una reflexión final?

- No hay un futuro promisorio sin un programa serio de Estabilización, Reforma estructural y Crecimiento, que subordine los intereses políticos, sectoriales y corporativos latu sensu, con el apoyo de todas las fuerzas políticas democráticas y convocando a los mejores economistas de cada especialidad.