Economía llama a canjear más deuda en dólares a pesos. Deuda: economistas creen que aún queda tiempo para negociar y que podría romperse el grupo de bonist
El total llega a US$ 6.910 millones. Es a través de una operación que se hará el viernes. Se incluyen Letes, el bono Dual y el TV21, que fue emitido en febrero de este año.
El ministerio de Economía avanza con la pesificación de la deuda en dólares bajo legislación local.
A la par de las negociaciones con los acreedores de deuda bajo legislación internacional, el Ministerio de Economía avanza con operaciones con los títulos emitidos bajo ley local, tanto en dólares como en pesos.
En esa línea, anunció hoy que llama a un canje a los tenedores de Letes en dólares, de Lelink (instrumento que ajusta por el dólar oficial), del remanente del DUAL y la novedad es que se incluye el bono que el Gobierno lanzó en febrero de este año, que ajusta por el tipo de cambio oficial y que tiene fecha de vencimiento en agosto de 2021.
En total, la cifra del remanente de los títulos a canjear, a lo que se suma el total del TV21 (que es el que vence el año próximo) llega a US$ 6.910 millones, calculan en los pasillos oficiales.
De este total, estiman, un 40% está en manos del sector privado. La intención es avanzar con la pesificación de la deuda, de manera de convertir estos instrumentos que se rigen por el dólar y llevarlos a pesos, por lo que cualquier resultado que se logre lo evalúan como conveniente en el Gobierno.
En total son 16 instrumentos los que se buscan canjear en la licitación que se hará el próximo viernes 17 de julio: 12 Letes, dos Lelink, a lo que se suman los dos bonos, el DUAL y el TV21.
En sí, las Letes en dólares ya fueron reperfiladas en tres oportunidades, desde la primera vez en agosto del año pasado, aún bajo la gestión de Mauricio Macri. Con la última vez que se postergó este pago, los tenedores esperan cobrar ahora el 31 de diciembre.
Es por eso que, para este caso, se trata de modificar títulos “non performing” por otros que sí, es decir, que son más líquidos y, por lo tanto, más fáciles de convertirlos en efectivo.
Quienes decidan canjear los instrumentos que poseen, que son elegibles para esta operación, recibirán una canasta de monedas conformadas en su mayoría (en un 70%) por un Boncer (título que ajusta por la inflación) con vencimiento en marzo de 2024, y, en el otro 30% por otro Boncer pero que expira un años antes, es decir, en marzo de 2023.
La intención es avanzar con la pesificación de la deuda en dólares, que ronda el 80% del total.
Es por eso que el Gobierno, además, enviará en los próximos días un proyecto de ley al Congreso para avanzar con el canje de deuda en dólares bajo legislación local. Según aseguran desde el equipo económico, los tenedores de estos títulos recibirán iguales condiciones a las que se ofreció a los acreedores privados bajo ley internacional.
Dentro de esa operación, el Gobierno incluirá, para un universo específico la posibilidad de canjear, de manera opcional, los títulos en dólares por bonos en pesos que ajusten por CER (inflación).
Además de las licitaciones de letras y bonos en pesos en la primera mitad del año, el Gobierno ya hizo algunos canjes en los últimos meses: tras el comienzo fallido en febrero con el Bono Dual (AF20), luego tras su reperfilamiento y a través otras operaciones se logró intercambiar hasta un 94,5% de este instrumento. Ahora busca avanzar sobre el 5% remanente.
También se canjearon Letes por un total de US$ 2.730 millones por instrumentos que ajustan por inflación. “El resultado de estas dos operaciones redujo el stock nominal de Letras en dólares en un 26,6% y el Bono AF20 en un 94,5% respecto al existente a diciembre del año 2019”, detalló un informe del Ministerio de Economía.
Deuda: economistas creen que aún queda tiempo para negociar y que podría romperse el grupo de bonist
Larry Fink, CEO del fondo BlackRock, uno de los acreedores de la Argentina.
Los economistas que siguen de cerca las idas y vueltas de la negociación por la deuda coincidieron en que la última propuesta de canje del Gobierno permitió acercar posiciones, y que con los acreedores más duros aún queda margen y tiempo para continuar con las negociaciones.
El Gobierno presentó el lunes pasado la cuarta propuesta de reestructuración de deuda bajo ley extranjera, que fue bien recibida por una parte de los bonistas, entre los que se encuentran los fondos Fintech, Gramercy y Greylock.
No obstante, los miembros del grupo Exchange y del comité de acreedores Ad Hoc decidieron no aceptar la propuesta y pidieron seguir negociando.
Mariela Díaz Romero, economista senior de Econviews, dijo que el Gobierno con la última propuesta buscó generar atractivo para los tenedores de bonos con mayor protección legal -indenture 2005-, un umbral mínimo de participación y un reconocimiento de intereses corridos.
"La nueva propuesta permite conservar las cláusulas de acción colectiva pautadas en un 85%, algo que era requerido por los bonistas del canje 2005. Sin embargo, algunos grupos de acreedores pedían ir más allá, y querían obtener esa misma protección legal para todos los que ingresaran al canje, algo que no se concedió en la nueva propuesta", describió.
Deuda: US$16.000 millones y un cambio de tono para la nueva etapa
Para la economista, los grupos de acreedores más duros -Ad Hoc y Exchange- poseerían alrededor de un tercio de los bonos Globales y otro tercio de los bonos de los canjes de 2005 y 2010, con lo cual su voluntad de participar es decisiva a la hora de determinar la suerte de la propuesta actual.
"Si bien se ha acercado, la propuesta actual valuada a US$ 53 asumiendo una exit yield (tasa de salida) de 10% todavía está algo lejos de las presentadas por estos grupos más duros, que piden alrededor de US$ 60" por cada US$ 100 de valor nominal, precisó.
En este sentido, señaló que si bien la oferta del Gobierno achicó diferencias con los bonistas en materia legal y financiera, "todavía no está claro que la oferta actual sea la última y definitiva".
Por su parte, Martín Kalos, economista y director de EPyCA Consultores, dijo que la cuestión pasa por entender si el Gobierno argentino necesita que todos los fondos entren.
"No se trata de darle algo que haga que entren todos, sino que una mayoría de los bonos sean canjeados. Acá el Gobierno de entrada supo que no todos los bonos iban a ser canjeados, ya que iba a haber fondos con posiciones más alejadas a su oferta y esto, en algún bono, iba a significar que no se llegara a la mayoría. Pero si una mayoría de los bonos se logra canjear, entonces el canje habrá sido exitoso", indicó Kalos.
Al describir el momento que atraviesa la negociación, Kalos dijo que el Gobierno está enfocado en determinar cuántos fondos aceptarían la oferta, y si es necesario hacer algo más para poder sumarlos.
A su turno, Matías Rajnerman, economista Jefe de Ecolatina, aseguró que la negociación es muy dinámica y que la cuestión pasará por saber si el Gobierno cuenta con el porcentaje mayoritario necesario para dar por cerrada la oferta.
"Al momento, lo que pareciera es que hay un acuerdo con una porción de los tenedores mayoritarios de los bonos, concretamente Fintech, que es un fondo encabezado por David Martínez. Y hay una posición parecida con Gramercy", explicó.
No obstante, el economista señaló que con el grupo Ad Hoc y el grupo de Exchange "que son fondos financieros, no buitres, todavía no hay acuerdo".
"De todas formas, esto es muy dinámico y hasta el día anterior al acuerdo, sea cual fuere el resultado, creo que las dos partes (los grupos duros y el Gobierno) van a seguir mostrándose inflexibles", indicó el economista Jefe de Ecolatina.
En tanto, desde Torino Economics afirman que Argentina cuenta con dos puntos a favor: el apoyo del Fondo Monetario Internacional y la aceptación de otros acreedores, lo que podría generar cierto desgaste y debilitar la posición negociadora del sector más duro. Así, para la consultora, continuará el camino del entendimiento entre las partes, con una probable resolución positiva.
La consultora también refleja la diferencia entre las dificultades que tiene el Gobierno argentino para terminar con la negociación y el acuerdo al que llegó Ecuador días atrás, del que también formó parte Blackrock.
"A diferencia del gobierno argentino, la administración Moreno desplegó una estrategia más amistosa y cercana a los mercados, que no ha dudado en honrar sus compromisos, asumiendo costos políticos muy importantes", afirma Torino.
¿Unidos o separados?
Por su parte, Santiago López Alfaro, economista y socio de Delphos Investment, sostuvo que la negociación cierra el 4 de agosto y que no cree que el Gobierno ofrezca ningún incentivo extra a la oferta ya presentada.
"De a poco se van a ir sumando algunos y sobre el final veremos si los grupos más duros se terminan separando, porque la oferta para el grupo de los bonistas del canje 2005 es muy buena y parecida a lo que pedían. Lo que sucede es que por alguna razón que no conocemos están unidos", explicó.
López Alfaro aclaró que la apuesta del Gobierno pasa por estimar que los grupos más duros no son actores que en general litiguen porque son fondos grandes, y "casualmente los fondos que sí litigan ya le dieron el aval a la oferta argentina".
A su turno, el economista Diego Martínez Burzaco puntualizó que pese a que BlackRock encabezó un rechazo a la oferta presentada por el Gobierno, este grupo acreedor "continúa en la mesa de negociación".
"El Gobierno es inteligente en este sentido, y está tratando de llegar a un acuerdo para que BlackRock esté dentro del canje. Primero, porque el contexto internacional en términos de tasa de interés es propicio para llegar a un acuerdo y, en segundo lugar, porque ninguna de las dos partes tiene ningún rédito en el corto plazo si no se llega a un acuerdo", estimó.
Martínez Burzaco resaltó el esfuerzo de la propuesta argentina respecto de la iniciativa inicial y la presentada el lunes pasado, donde la primera tuvo un valor presente neto de US$ 40 y la última dentro de un rango de entre US$ 53 y US$ 59, según cálculos del mercado.
"La verdad que sería un desperdicio ir a un esquema de arreglo parcial, considerando el esfuerzo hecho. Hay una diferencia de US$ 2 o US$ 2,50. Me parece que hay margen para ponerse de acuerdo", finalizó Martínez Burzaco.