Canje de deuda: tras la intimación de fondos, el Gobierno mantendrá abierta la misma oferta
La nueva fecha para entrar al canje sería el viernes 28 de agosto, para llegar a tiempo a liquidar la operación el 4 de septiembre. Mañana vence el período de gracia para los bonos Discount en dólares y euros
Las posturas del Gobierno y de los acreedores privados de la Argentina ya son inamovibles en cuanto a los términos económicos -al menos por el momento- y el canje navega hacia una segura extensión del Período de Invitación hasta los últimos días de agosto, muy probablemente el viernes 28, sin alcanzar las mayorías necesarias para cerrar la operación.
La nueva declaración de los bonistas, el lunes a la noche, con una carta al ministro de Economía, Martín Guzmán, en la que los tres grupos de acreedores aseguran tener el apoyo de algunos fondos minoritarios como para poder bloquear la reestructuración, terminó por empantanar las negociaciones, que en todo caso podrían tener por parte de la Argentina mejoras legales.
Ambas partes ahora sostienen que "la pelota" o la responsabilidad de avanzar, está del otro lado. Para el Gobierno, desde que registró su oferta en la Comisión de Bolsa y Valores de Estados Unidos, hace tres semanas; para los acreedores, desde el lunes pasado, cuando contraofertaron con que el bono a 2030 que pagará los intereses devengados hasta el 4 de septiembre de 2020 tenga una cupón anual de 4,9% (la misma que cobra el Fondo Monetario Internacional -FMI- por su préstamo), en lugar de un 1%.
La misiva que llegó al Ministerio de Economía el lunes por la noche fue firmada por 30 fondos, que participan del Comité de Acreedores de la Argentina (ACC), el Ad Hoc Bondholders Group y el Argentina Exchange Bondholders, asesorados económica y legalmente por UBS, Mens Sana Advisors, White & Case LLP y Quinn Emanuel, donde es socio Dennis Hranitzky, el abogado que ayudó a Paul Singer a ganar el "juicio del siglo" por el default de 2001 y obligó a la Argentina a pagarle a los holdouts, nombrados en el mundo como "fondos buitre".
Entre ellos tienen el 32% de los bonos Par y Discount (Exchange), emitidos en los canjes de 2005 y 2010, y el 36% de los Globales, lanzados entre 2016 y 2018. Pero si se agrega el apoyo de fondos minoritarios, que no se identificaron en la carta por "razones institucionales", el total alcanza los 60% de representación en los Exchange o bonos "K" (por Néstor Kirchner y Cristina Fernández de Kirchner, presidentes al momento de su emisión) y el 51% en los Globales o bonos "M" (por Mauricio Macri).
Con todo, existe un evidente poder de bloqueo por parte de los fondos más poderosos, que arrastraron con ellos a los tenedores minoritarios para conseguir mejoras económicas: en especial, una mayor cantidad de pagos hasta 2023, a razón de u$s 300 millones por año.
Una fuente con acceso directo a las negociaciones comentó a El Cronista que es "inchequeable" lo que adujeron los bonistas respecto al respaldo de acreedores minoritarios que no fueron nombrados y que los acreedores deberían prestar atención a las señales que envía la Argentina: ya no es Guzmán el que dice que la oferta es la última, sino que lo dice el propio presidente, Alberto Fernández.
"Acá lo que hay que mirar es que el que más se movió fue el Gobierno. Se mostró dispuesto a mejorar su oferta, tuvo flexibilidad y ya llegó al punto máximo. Si esto no es suficiente, tal vez quede postergada la reestructuración", vaticinó esta fuente, que pidió reserva de su nombre.
La venta de la operación está en manos de los bancos colocadores Lazard, HSBC y Bank of America (BofA), mientras que las discusiones legales por el lado de la Argentina se llevan a cabo a través de Cleary Gottlieb Steen & Hamilton LLP.
Por ahora sin un rol decisivo está mirando de afuera el FMI, organismo con el que se empezará a negociar un nuevo programa a partir de septiembre. En el mercado creen que la presión de los acreedores privados se corresponde con que mientras ellos deben ceder Valor Presente Neto y aceptar una quita (mínima) de capital y menores intereses, el Fondo no acepta otorgar alivios de deuda y pretenderá cobrar hasta el último dólar de los casi u$s 50.000 millones (sumando capital e intereses desde 2018). En ese sentido, lo que resignen los fondos mejorará la capacidad de repago con el FMI.
Se amplía del default
Mientras tanto, la Argentina quedará mañana formalmente en cesación de pagos de los bonos Discount en dólares y euros, al cumplirse este jueves 30 el período de gracia de 30 días.
Asimismo, la calificadora de riesgo Standard & Poor's (S&P) bajó la nota a "D" (default) desde "CCC" a los bonos Globales (BIRAD) con amortizaciones en 2022 y 2027, por un total de u$s 220 millones.