Financial Times: Los inversores tienen miedo a una "tormenta" bursátil
A menos de un mes de las elecciones presidenciales en Estados Unidos, los administradores de fondos analizan alternativas para proteger sus carteras de una turbulencia en los mercados de valores
Los inversores se enfrentan a un dilema en la víspera de lo que se espera serán unas elecciones estadounidenses particularmente turbulentas: cómo aislar sus carteras en caso de que se produzca una venta masiva en el mercado de valores.
Los activos seguros de siempre últimamente no sirvieron como cobertura de renta variable, dado que los bonos del gobierno apenas se mueven y los precios del oro cayeron en septiembre durante las fluctuaciones del mercado.
A menos de un mes de la votación el 3 de noviembre, cuyo resultado probablemente genere controversia, los gestores de fondos buscan nuevos puertos donde protegerse de una posible tormenta. Entre las estrategias más comunes se encuentran la venta en corto de divisas que reproducen los movimientos de las acciones, los derivados que ofrecen un seguro contra caídas y los bonos de mercados emergentes que brindan una cobertura para las tenencias de acciones que tiene mayor rendimiento, pero conlleva más riesgo.
"Confiar en los refugios seguros tradicionales es como saltar con un paracaídas roto", dijo Pilar Gómez-Bravo, directora de renta fija para Europa de MFS Investment Management. "Desde el verano estamos buscando alternativas a los bonos del Tesoro de EE.UU."
Gómez-Bravo compró opciones que darán ganancia si caen el dólar australiano y la corona noruega, monedas que suelen moverse en tándem con los activos de riesgo como las acciones. Apostar a que ellas bajen contra el yen japonés, divisa que por lo general sube cuando hay presión sobre las acciones, amplifica el efecto. Estas dos operaciones ayudaron a proteger su cartera durante la ola de ventas de septiembre.
Antes los bonos de gobierno tendían a subir de valor cuando caían las acciones amortiguando las pérdidas en una parte de una cartera con las ganancias en otra. Pero ese efecto disminuyó debido a la enorme intervención en los mercados de bonos por parte de la Reserva Federal de EE.UU. y otros bancos centrales a raíz del brote del coronavirus.
Los inversores buscan protegerse de las turbulencias del mercado de valores en las semanas anteriores a las elecciones, lo que hizo que se disparara el precio de los contratos de futuros sobre el índice de volatilidad Vix, también conocido como el índice del miedo de Wall Street. Sin embargo, el aumento del costo de esa protección hizo que fuera más urgente la búsqueda de alternativas.
Otra operación popular recurre a las monedas de mercados emergentes. Según Bob Michele, director de inversiones de JPMorgan Asset Management, la nueva moda es apostar a que se deprecien el peso mexicano, la lira turca y la rupia indonesia como cobertura contra las ventas masivas de acciones, crédito de alto rendimiento y otros activos de riesgo. "Es una correlación que es reciente y se ve muy sólida", dijo.
Para Pramol Dhawan, director de administración de carteras de mercados emergentes en Pimco, también hay alternativas en el ámbito de la renta fija. "Si bien de ninguna manera reemplazan a los bonos del Tesoro de EE.UU., los bonos chinos contienen propiedades de cobertura similares, aunque con un perfil de riesgo elevado", escribió en una nota reciente junto a Ran Duan, un analista de investigación cuantitativa.
A diferencia de los bonos del Tesoro a cinco años, que ya subieron significativamente de valor desde que se alteraron los mercados financieros en marzo, los bonos chinos —que ahora son el segundo mercado de bonos más grande del mundo- tuvieron un alza mucho menor. Los analistas de Pimco ven "un amplio espacio" para un repunte.
Más allá de China, Dhawan destaca los bonos soberanos emitidos por Polonia, República Checa, Israel, Singapur, Corea del Sur, Perú y Chile como otros candidatos para contrarrestar los riesgos de las acciones. Sin embargo, en lugar de apostar a países individuales, recomienda una "estrategia de canasta" que agrupe 10 bonos de mercados emergentes de alta calidad.
Si bien muchos administradores de fondos buscan nuevas estrategias que prosperen si hay un éxodo desde los activos de riesgo, la mayoría se muestra reacia a abandonar los mercados de bonos del gobierno, en particular los bonos del Tesoro estadounidense. Con un rendimiento de 1,5%, los bonos del Tesoro a 30 años ultra largos ofrecen cierto valor, señala DiMaggio, sobre todo dada la renuencia de la Fed a intervenir tanto en esa deuda a largo plazo.
Además, los inversores no pueden pasar por alto el hecho de que el mercado de bonos del Tesoro, que mueve u$s 20 billones, ofrece una liquidez sin igual hace más fácil entrar y salir de las operaciones. A pesar de que los rendimientos cayeron a mínimos históricos este año, todavía ofrece un rendimiento positivo muy pequeño en su cobertura, a diferencia de las estrategias que requieren el pago de una prima. Por su parte, las apuestas como la de los bonos chinos ofrecen una diversificación útil pero, dado su corto historial como activo de refugio, pocos inversores creen que sea el rincón más seguro de los mercados financieros en caso de una crisis grave.