Dólar blue: las siete razones por las que no encuentra techo
El dólar informal ya subió 23% en lo que va del mes y 141% desde que comenzó el año.
Las siete razones que empujan la suba del dólar blue.
El 2 de enero de este año, el dólar blue se vendía a $ 75. Pese a que ya tenía tres meses de cepo cambiario encima, cotizaba por debajo del dólar ahorro, que en el arranque de 2020 costaba $ 82. Ahora el informal llegó a $ 181 -subió 141%-, el ahorro aumentó 67%, a $ 137-incluyendo el recargo del 35% a cuenta de Ganancias- y la brecha entre el blue y el mayorista se fue a 132%.
Pese a las múltiples medidas con las que ha buscado tranquilizar al mercado, el Gobierno hasta ahora no logró quebrar la resistencia de los inversores y ahorristas a apostar al peso. Y aún a precios fuera de escala, el dólar mantiene su imán.
¿Por qué el blue no encuentra techo? Van los siete motivos que empujan la cotización.
El cepo reforzado
A partir del 15 de septiembre, cuando el Gobierno dispuso endurecer el cepo para frenar la salida de divisas y acotar la brecha cambiaria, que en ese momento era de 77%, la ley de Murphy se cumplió una vez más en Argentina. Las mayores restricciones, que dejaron fuera del dólar ahorro a tres de cada cuatro personas, no hicieron más que incrementar el hambre por el blue y llevar la brecha al 132% actual.
Además, el cepo complicó el acceso a los dólares financieros, las operaciones legales para hacerse de divisas sorteando el cupo mensual de US$ 200. Con más trabas, el contado con liqui (CCL) y dólar el MEP subieron 31% y 25%, respectivamente, en un mercado con escaso volumen y mucha volatilidad. Cada repunte del CCL -que algunos días llegó a cotizar por encima del blue- le dio nuevo impulso al segmento informal. Ahora con las nuevas medidas, el Gobierno apuesta a darle mayor fluidez a los dólares financieros
La escasez de la oferta
Con los caminos de acceso al dólar cerrados, la mayor demanda sobre el blue chocó contra la pared de la oferta escasa. Los oferentes naturales eran los turistas extranjeros, a quienes les convenía vender sus billetes en el informal para obtener más pesos de los que sacaban en el oficial. Con la pandemia, esa vertiente se secó. A esto se agregó que ante tanta incertidumbre, los tenedores locales de billetes están más dispuestos a atesorar que a vender. Sin ese combustible, la demanda persistente empuja al precio.
Las señales fiscales
Aquel 15 de septiembre en el que se reforzó el cepo fue también el día en que el Gobierno presentó el Presupuesto de 2021, con una estimación de déficit público del 4,5% del PBI. Para los mercados esto implica que el Gobierno va a seguir teniendo una fuerte dependencia de la emisión monetaria para financiarse. De hecho se espera que la emisión llegue al 7% del PBI el año próximo. Muchos pesos dando vuelta y pocos interesados en atesorarlos. A mayor emisión y mayor déficit, menos señales fiscales contundentes que inviten a confiar en que hay un plan integral para revertir la crisis una vez que la pandemia termine.
La caída de las reservas
Desde el cepo, la caída de las reservas del Banco Central llega a US$ 1.700 millones. Con las reservas brutas en US$ 40.000 millones, la atención está puesta en cuántas son las reservas netas, el verdadero poder de fuego que tiene la entidad presidida por Miguel Pesce para cumplir con la palabra del presidente Alberto Fernández de que no habrá devaluación. Según estimaciones del mercado, ese monto ronda los US$ 6.000 millones. Pese al super cepo, el Central tuvo que vender US$ 1.000 millones en el último mes para abastecer un mercado con pocos oferentes. La baja de tres puntos en las retenciones no fue incentivo suficiente para que las liquidaciones de los agroexportadores lleguen al nivel que el Gobierno esperaba. Así, todos los remates al arco cambiario los tiene que atajar Pesce.
El alza del riesgo país
El cepo se anunció días después de que se cerrara el canje de la deuda. Por el éxito de la negociación y con la llegada de los nuevos bonos, el riesgo país tuvo una baja importante: pasó del rango de los 2.100 puntos básicos al de 1.200 puntos. Pero a partir del cepo, volvió a escalar y ahora está encima de 1.400 puntos. El riesgo país refleja la evolución de los bonos argentinos que tras el canje habían llegado a un rendimiento del 11%, pero con la incertidumbre que generó el cepo volvieron a subir y ahora están en la zona de 15/16%. A mayor "exit yield", más dificultoso es que a mediano plazo Argentina vuelva a colocar deuda a tasas razonables, una condición necesaria para que el país pueda cumplir con los compromisos asumidos en el canje. Esto redobla la incertidumbre y hace que crezca la embestida para conseguir cobertura cambiaria sin importar el precio.
Las expectativas de devaluación
Todas las semanas, funcionarios de primera línea tienen que salir a decir que el dólar oficial -en $ 77,5 en el segmento mayorista- no está atrasado y que no habrá devaluación. A cada declaración, el blue responde con una nueva suba, en una muestra de que los agentes económicos esperan que más temprano que tarde, la brecha empiece a cerrarse en favor del informal. Con las medidas anunciadas en las últimas horas por el ministro Martín Guzmán podría descomprimirse, al menos temporalmente, la presión sobre el mercado. Pero los analistas advierten que, aún si funciona, la solución será parcial. "Sin plan económico, la incertidumbre sigue y la presión sobre el dólar vuelve", dice Juan Ignacio Paolicchi, economista de la consultora EcoGo.