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 Clarín - Economía

Los cinco empujones que hicieron que el dólar blue bajara 20 pesos en una semana. El Gobierno se endeuda al 15% en dólares para evitar devaluar

El Gobierno puso en marcha varias movidas para lograr que en el mercado informal la divisa retrocediera a $ 175.-Dólar blue hoy: a cuánto cotiza este viernes 30 de octubre

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El dólar blue bajó 20 pesos en una semana.

Hace una semana el dólar blue tocó un pico de $ 195 y parecía encaminarse a dar el salto y cruzar la barrera psicológica de los $ 200. Pero a contramano de la historia reciente, el dólar informal retrocedió y con cuatro bajas diarias consecutivas se ubicó en $ 175. Con esto, la brecha cambiaria respecto del dólar mayorista, que había llegado a tocar el 150%, cedió hasta el 127%.

¿Por qué se desinfló el dólar blue? Hay un puñado de razones que explican el retroceso de los últimos días.

La brecha cambiaria en 150% marcaba una pendiente peligrosa. Si bien los precios no siguen el ritmo del blue, no es menos cierto que este dólar es el que marca las expectativas. A brecha más alta, más expectativas de devaluación y de inflación en alza.

Para salir de esta encerrona, el Gobierno echó mano de una estrategia que le permitió atacar el incendio por varios frentes.

Las manos amigas

La escasez de la oferta es uno de los motivos que empuja al blue. Con expectativas de devaluación, nadie que quiere desprenderse de los billetes. Pero en los dos primeros días de la semana aparecieron vendedores ofreciendo bloques de billetes unos centavos por debajo de la cotización que había en ese momento. Se trataba de las "manos amigas", inversores con buena relación con el Gobierno a que tuvieron acceso rápido al dólar mayorista y devolvieron el favor saliendo a abastecer al blue. Con esto, lograron que el mercado, que es muy chico, cambiara de tendencia y empezara a bajar.

El overshooting

La baja de unos centavos el lunes 27, cuando la expectativa de los actores económicos estaba puesta en que el blue cruzara la barrera de los $200, consolidó una idea que algunos economistas ya habían puesto sobre la mesa: con el blue a $ 195 el mercado cambiario estaba viviendo un overshooting. Ese precio era demasiado alto, incluso para un clima de incertidumbre como el actual. Ante esto se combinaron una mayor oferta con una demanda indecisa a convalidar esos precios. Y esto sumó un motivo adicional para que el informal siguiera cayendo.

La baja del contado con liqui

El dólar financiero que usan particulares y empresas para sacar divisas del país también tuvo un rally alcista que lo llevó a tocar los $ 181 el jueves 22. Si el contado con liqui (CCL) sube, el blue también lo hace. El viernes 23 el Gobierno, a través de la Comisión Nacional de Valores, puso en marcha un operativo para hacer bajar al CCL: llamados a las casas de cambio para pedir que dejaran de operar por cuenta propia para vaciar la demanda sobre ese mercado. Los operadores cumplieron esa indicación el viernes y el lunes. Y el martes, además de estas sugerencias, los inversores encontraron un incentivo para poner los pesos en otro lado.

El bono dollar linked

El martes 26 salió a jugar Martín Guzmán. El ministro colocó un bono dollar linked, que se suscribe en pesos pero que se paga en función del valor del dólar oficial al momento de la liquidación, más una tasa mínima. Así, este título apunta a captar a los que temen que sus pesos queden devaluados ante un salto cambiario. Y en una movida que incluyó otros cuatros instrumentos en pesos el ministro consiguió financiamiento por US$ 1.600 millones. Fue un 60% más de lo que aspiraba. Y fue un instrumento para tentar a los inversores para que salieran a vender dólares para pasarse a esta colocación.

Los guiños fiscales

Tímidamente empezaron a aparecer algunas de las señales fiscales que el mercado viene reclamando. El Banco Central empezó a subir muy de a poco las tasas en pesos a la vez que salió a informar que fue recortando la asistencia al Tesoro, en una señal de mayor austeridad monetaria. A la vez se dio marcha atrás  con algunas de las imposiciones del supercepo -el detonante de la escalada de la brecha- al flexibilizar los requisitos y los plazos para operar con los dólares financieros. Es poco por ahora para lo que el mercado demanda, pero al menos es un indicio de que Guzmán gana relevancia y busca empezar ordenar las cuentas.

El efecto fin de mes

Con el cierre de octubre, los privados tienen que salir a pagar salarios y esto los fuerza a tener que vender los billetes que habían comprado en el arranque del mes, cuando tenían más liquidez. El aumento de los vendedores hizo crecer la oferta y por ende, tiró el precio hacia abajo. Este efecto podría cortarse la semana próxima, cuando con pesos en los bolsillos la mayoría de los argentinos vuelva a encontrarse con que tiene el acceso bloqueado a la compra de dólar ahorro a $ 138.

¿Alcanza con esta estrategia para mantener controlado al dólar blue? Buena parte de la nafta que alimenta al informal sigue corriendo. En particular, la sangría de las reservas. Esta semana el Banco Central perforó el piso de US$ 40.000 millones en reservas brutas, por primera vez en casi 4 años. En lo que va de octubre la autoridad monetaria ya cedió US$ 1.515 millones. Sin señales claras de recomposición del ingreso de dólares ni avances en las negociaciones con el Fondo Monetario es pronto para dar por terminada la escalada del blue.

El Gobierno se endeuda al 15% en dólares para evitar devaluar

Si una persona quisiera endeudarse para afrontar ciertas obligaciones, ¿le convendría hacerlo al 15% o al 4%? El Gobierno parece no haberse hecho esa pregunta y está vendiendo bonos en dólares que rinden casi un 15% anual.

Ese 4% mencionado sería accesible mediante un préstamo del Fondo Monetario Internacional. Sin embargo, conseguir que el FMI no preste significa hacer los deberes. Y el gobierno ya mostró que eso no le interesa: desea sostener el déficit fiscal mediante la emisión monetaria y deuda pública. La carencia de un plan económico sostenible se evidencia nuevamente.

¿Cuál es el objetivo de endeudarse a una tasa tan alta? Principalmente postergar una devaluación mediante la baja en las cotizaciones del dólar contado con liquidación y MEP, cuyos valores venían incrementando la presión cambiaria diariamente.

Cómo funciona
Recordemos que ambos tipos de cambios surgen de una operación legal en la que se compran y venden bonos que cotizan en pesos y en dólares. En el caso del dólar MEP, el activo cotiza en la Bolsa porteña y para acceder al dólar CCL el bono debe poder negociarse en la Bolsa local y en el exterior.

La operación es muy sencilla, se transfieren fondos en pesos a una cuenta comitente (mediante las denominadas ALyC), se da la orden de compra del bono denominado en pesos y se vende en dólares. Para simplificar este esquema: si alguien compra un bono por 163 pesos y lo vende en 1 dólar, ese es el tipo de cambio implícito. Antes de venderlo, el inversor debe mantener el título por 72 horas en su cuenta (en la jerga financiera, ese lapso se denomina parking).

El instrumento que se está utilizando actualmente para esta operatoria es el bono AL30 y lo vende el Banco Central y la ANSeS. Al venderse a inversores minoristas, y dejar afuera a los grandes institucionales, limitan las operaciones por grandes volúmenes que puedan empujar el precio hacia arriba. Es decir, hay oferta pero demanda restringida, con lo cual el precio del bono baja. Recordemos que no hay cupo máximo para acceder a dólares mediante esta operatoria.

¿Qué significa que el rendimiento de este bono sea del 15%? Significa que eso es lo que demandan los inversores por prestarle plata al Gobierno. Y esa tasa representa el riesgo de crédito o cesación de pagos que siempre está atado a la deuda nacional.

Tengamos en cuenta que el tenedor de un bono compró el derecho a recibir una serie de flujos de pagos periódicos en concepto de capital e interés y que una crisis cambiaria elevaría la probabilidad de entrar nuevamente en un default, que es el cambio en cualquiera de las condiciones de emisión de un título de deuda. Esta tasa que oscila entre el 15% y el 17%, refleja la desconfianza que hay en relación con el plan económico y fiscal en el mediano y largo plazo, donde el Gobierno sigue gastando mucho más de lo que le ingresa.

En resumen, el Gobierno se endeuda a un 15% para bajar la presión cambiaria que va haciendo más cercana una devaluación del dólar oficial. Prefiere tomar deuda a una tasa alta que hacerlo a través de un organismo internacional como el Fondo Monetario, el BID o el Banco Mundial porque sabe que una de las condiciones impuestas para acceder a una tasa más baja será dejar de financiar el déficit fiscal con una emisión monetaria desmedida e insostenible. Argentina no tiene la capacidad económica para endeudarse a una tasa tan elevada, ni puede seguir emitiendo para sostener un gasto público injustificado en un contexto de pandemia e incertidumbre.

La devaluación es sólo cuestión de tiempo. ¿Cuándo? Sorprendería que puedan evitarlo en lo que queda del año.