El duro pronóstico de Domingo Cavallo para la Argentina. Economistas reclaman estabilidad macroeconómica de largo plazo para la industria
El ex ministro de Economía participó del cierre del ciclo anual de la Bolsa de Comercio de Córdoba, y vía streaming, analizó la situación actual del país y realizó proyecciones a mediano plazo.
El economista Domingo Cavallo pronosticó para los próximos años un escenario en la Argentina más duro que el actual. Criticó al ministro de Economía, Martín Guzmán, y al Gobierno por su falta de "coherencia"; y aseguró que pese a que cumplamos con las metas fijadas para el 2021, “seguiríamos con una economía estancada” y con una inflación difícilmente menor al 50% anual.
En el marco del cierre del ciclo anual de la Bolsa de Comercio de Córdoba que se llevó a cabo el último miércoles, el ex ministro de Economía de los gobiernos de Carlos Menem y Fernando de la Rúa -desde Washington y vía streaming- mostró su visión sobre la coyuntura actual económica y compartió sus perspectivas de cara al 2021.
“Estamos frente a un panorama muy poco promisorio”, apuntó Cavallo, quien sostuvo queel Gobierno está “resignado” a un crecimiento “pobre”. Su declaración estuvo respaldada por las proyecciones que presentó del Ministerio de Economía, las cuales indican que recién en 2023 se alcanzaría el Producto Bruto Interno (PBI) per cápita de 2019. "En el mejor de los casos, si se cumplieran las estimaciones del Presupuesto 2021, seguiríamos en una economía estancada. La única reactivación que habría sería respecto a la caída de este año. Y eso es muy pobre", aseveró.
"Si uno mira las proyecciones que hace el ministro Martín Guzmán en el Presupuesto 2021, recién en 2023 estaríamos alcanzando el nivel de PBI per cápita del 2019. Incluso el consumo estaría por debajo de ese dato”, precisó. Y enfatizó: “En el mejor de los casos, si se cumplieran las metas que el mismo Gobierno se propone y las cosas marcharan como parece preverlas por el lado de las cuentas fiscales, para 2021 seguiríamos en una economía estancada. Eso es muy pobre”.
Después de que Cristina Kirchner reclamara modificaciones a la fórmula que debe tratar el Senado, en una reunión en la Casa Rosada, Alberto Fernández decidió incluir que a partir de 2021 haya cuatro incrementos en los haberes en lugar de dos.
En ese sentido,para el 2021 “haciendo bien las cuentas, e incluso si el déficit no supera el 4,5% que espera el Gobierno”, por el “efecto monetario” para financiarlo “no creo que la inflación pueda ser inferior al 50% anual”.
El Poder Ejecutivo “parece resignado” al problema inflacionario, consideró Cavallo, quien a su vez planteó que el “mayor riesgo” es que se mantenga una “alta inflación”. “Sería mucho peor entrar en un fenómeno de estanflación e infinitamente peor, una hiperinflación”, lanzó. Sin embargo, afirmó que “si hasta 2023 siguiéramos con una inflación de entre el 30 y 50% anual, no se van a resolver ninguno de los problemas y la Argentina no va a volver a crecer”.
Posteriormente, el especialista criticó al Gobierno y disparó: “No está claro que el discurso de (Martín) Guzmán sea el de un jefe de un equipo que le responde ni de que el Presidente lo acompañe. Se asustaron cuando el dólar llegó a los $ 200 y dijeron ‘vamos a dejar que haga un discurso compatible con negociaciones con el FMI´, pero al mismo tiempo salió la carta de Cristina Kirchner”.
Punto por punto, qué dice la explosiva carta del kirchnerismo al FMI...
De acuerdo con sus impresiones, en el Gobierno “no hay coherencia” con respecto a los anuncios que hace el titular del Palacio de Hacienda que “van en línea con un ajuste”. “No parece un gobierno de ideas propias, se debate entre ideas del kirchnerismo, anacrónicas e inconvenientes, con otras de un populismo a destiempo y algunas ideas de libertad económica que seguramente las debe traer Guzmán, como cualquier economista bien formado que entiende cómo funcionan las economías del mundo”, explicó.
En este contexto, ninguno de los problemas estructurales se resolverá si antes no se estabiliza la economía, sentenció. Y volvió a apuntar nuevamente contra Guzmán, al cuestionar a los economistas que sostienen que primero hay que crecer para estabilizar las variables macro económicas. “No se engañen. Si no se logra estabilidad desde el vamos, cómo se logró con la convertibilidad en los 90, o por lo menos condiciones de seguridad que posibiliten una estabilidad rápida, es difícil instaurar reformas de fondo”.
Previo al cierre, Cavallo se mostró optimista ante una posible derrota del oficialismo en las legislativas del año próximo. Si cambia el color del partido político en 2023 "se va a dar un ciclo favorable para el despegue de la Argentina hacia un crecimiento más vigoroso y sostenido en el tiempo. Ya se están dando algunas condiciones, como la tasa cero de interés, algo que si el país pudiera aprovechar sería muy bueno”, explicó. Y concluyó: “Lamentablemente, en las actuales condiciones, no tenemos ninguna oportunidad de sacar rédito de esa circunstancia”.
Economistas reclaman estabilidad macroeconómica de largo plazo para la industria
Los economistas que participaron el último miércoles como expositores de la 26ª Conferencia Industrial Argentina, organizada por la Unión Industrial Argentina (UIA), coincidieron en la necesidad de fijar políticas de estabilidad macroeconómica de largo plazo para alcanzar un camino de crecimiento de la economía que pueda fomentar y facilitar la expansión industrial.
Asimismo, plantearon que la recuperación económica se debe lograr con un programa que genere estabilidad y confianza en los actores económicos.
La volatilidad y la falta de estabilidad del tipo de cambio y la necesidad de incrementar las exportaciones fueron dos de los ejes en las exposiciones de Daniela Rozenbaum, coordinadora de CEU-UIA,Martín Redrado, director de la Fundación Capital; y Emmanuel Álvarez Agis, director de la consultora PxQ, quienes participaron de la mesa "Argentina macroeconómica: coordenadas para generar previsibilidad, inversión y empleo".
"La volatilidad cambiaria terminó constituyendo un sistema financiero muy chico, una economía con una moneda débil, donde si bien la mayoría de las transacciones se hacen en pesos el dólar sigue siendo importante como unidad de ahorro", comenzó Rozenbaum quien precisó que "aún así Argentina cuenta con el tercer entramado industrial más grande de América Latina".
En contraste, subrayó que el sistema financiero "es uno de los más chicos del mundo con un crédito al sector privado que apenas llega al 10% del PBI".
En el mismo sentido Martín Redrado resaltó que en este momento Argentina está "en un período de tensión cambiariacon un único oferente de divisas que es el Banco Centraly los economistas están muy atentos a las reservas netas".
A futuro Redrado advirtió "un horizonte de pocos dólares y muchos pesos, con un problema más complejo que es que está cayendo la demanda de pesos, lo que se revierte con confianza", argumentó.
Además especificó que se sigue financiando déficit con emisión monetaria y pronosticó que "hasta abril, cuando comience la liquidación del agro, habrá meses donde van a haber algunos pozos de aire".
"El principal problema que se tiene ahora es que las medidas que se han tomado desde la disposición del cepo han generado mayor represión cambiaria" dijo y aseguró que "la manera de poder superarlas es crear incentivos para que haya una mayor oferta de divisas".
Para ello que hay pocas alternativas en el corto plazo y entre ellas se encuentras el acuerdo con el FMI "con dos ejes centrales: la estabilización de la economía (con un sendero plurianual) y la modernización productiva", aseguró.
En tanto que Emmanuel Álvarez Agis, expresó la necesidad de salir de modelos pendulares de acuerdo al gobierno de turno. "Esto hace que los industriales argentinos no puedan pensar en el largo plazo" dijo y aseguró que los países que han logrado desarrollarse se mueven con un péndulo más acotado.
"En los últimos ocho años se asistió en un laboratorio complejo, vimos dos gobiernos muy polares que paradójicamente terminaron con el mismo problema, de deuda, de devaluación y de reservas en el Banco Central. De esas dos puntas tenemos que aprender", aseguró.
Entre los consensos alcanzados a partir de estas experiencias destacó el acuerdo de que no se resolverá rápido el problema de la inflación, en que el déficit fiscal es un problema donde su reducción tiene que ir uno contra uno de la mano de la recuperación económica y por último que hay consenso respecto de la deuda.
"La deuda usada en dosis adecuadas y para fines productivos, de infraestructura, de exportación puede ser una gran palanca de desarrollo. La deuda usada para tapar problemas de corto plazo nos puede llevar a una crisis", sostuvo.