Alberto Fernández: las señales que encendieron la preocupación entre los economistas
Tarifas, Fondo Monetario y obra pública. Esos fueron los tres términos de la parte económica del discurso de Alberto Fernández que más resonaron para los economistas. A su juicio, fue un discurso cortoplacista, muy enfocado en las elecciones legislativas de este año. La principal preocupación está relacionada con las tarifas y el anuncio de "desdolarización".
Sofía Terrile Comentar (0) Me gusta Me gusta Compartir E-mail Twitter Facebook WhatsApp Guardar 2 de marzo de 2021 • 11:00
Tarifas, Fondo Monetario y obra pública. Esos fueron los tres términos de la parte económica del discurso de Alberto Fernández que más resonaron para los economistas. A su juicio, fue un discurso cortoplacista, muy enfocado en las elecciones legislativas de este año. La principal preocupación está relacionada con las tarifas y el anuncio de "desdolarización".
El Presidente anunció que enviará una ley al Congreso para establecer tarifas diferenciales con el correr de los meses y desdolarizar el componente de las facturas. "Preocupa la revisión del año que viene: ¿Cuál va a ser el criterio para desdolarizar? ¿Es compatible con el crecimiento de la generación de energía para el consumo doméstico y la exportación?", se pregunta María Castiglioni, socia de C&T Asesores Económicos.
"Lo ideal sería hacer ajustes en los que los consumidores más ricos subsidien a los más pobres, pero ese plan viene muy lento, y en el camino aumentan los subsidios por parte del Estado", señala Matías Rajnerman, economista jefe de Ecolatina.
Para Castiglioni, fue un discurso que apuntó al consumo y desalentó la inversión. Así lo explica: "Hay un 'cuasicongelamiento' de tarifas para los consumidores, pero el costo es subir las tarifas de comercios y empresas; por otro lado, hay una autorización para que las provincias aumenten Ingresos Brutos, un impuesto súper distorsivo, y a la vez bajan Ganancias". La economista asegura que el mensaje para los empresarios fue "vamos a subir las tarifas, pero habrá volumen", pero que no está claro si la promesa será suficiente.
Otro de los temas llamativos fue el anuncio de una querella criminal contra funcionarios del gobierno anterior por el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional. "Mandar a investigar la deuda con el FMI es una chicana política, porque los economistas ya sabemos para qué se usó: en 2018 no aumentó la deuda bruta, subió la que teníamos con organismos multilaterales y bajó con acreedores privados", señala Fernando Marull, de la consultora FMyA.
Para Rajnerman, ese anuncio encierra peligro. "El acuerdo con el FMI salió mal, pero no por eso fue ilegal: el contrafáctico era devaluar más, y todo hubiese sido peor", detalla, y añade que nunca es bueno "judicializar la política económica", tal como sucedió con la causa de dólar futuro iniciada a Cristina Fernández de Kirchner y a sus funcionarios.
El economista jefe de Ecolatina rescata el gasto en obra pública (este año se le destinará un 2,2% del PBI) "porque ayuda a crear empleo y no consume dólares en un momento cambiario muy complejo", pero asegura que faltaron mayores precisiones respecto de cómo se concretarán los planes para reactivar la economía.
"El discurso confirma una política fiscal y económica electoralista, con una visión de corto plazo y pensando en octubre, con una puesta de que haya más consumo para la recuperación", cierra Castiglioni. "No se habló de la palabra 'impuestos' y se habló poco de déficit fiscal: no fue un discurso con perspectiva a 2023 o a 2028, cero 'proinversión y cero apertura externa", añade Marull.