Banco Mundial: Argentina tiene que aplicar políticas que alienten la inversión. El FMI ve algunas ventajas de retrasar un acuerdo con la Argentina
Para David Malpass Argentina enfrenta desafíos 'únicos' por el tamaño de su deuda. La región atravesó la peor crisis desde 1901.
David Malpass, el uno del Banco Mundial
El presidente del Banco Mundial, David Malpass, llamó ayer al país a poner en marcha políticas de incentivo a la inversión y el crecimiento de cara a lo que denominó desafíos “únicos” que su economía enfrenta a futuro. Descartó que la iniciativa de alivio de la deuda que alienta el G-20 funcione para el caso argentino (“Es sólo para los países pobres”). Finalmente, el organismo alentó a firmar un acuerdo con el FMI este año.
“Argentina enfrenta desafíos específicos con la reestructuración de su deuda”, dijo Malpass de cara a las negociaciones de Martín Guzmán con el FMI y su viaje a Washington.
El uno del banco brindó una conferencia de prensa con periodistas de la región donde compartió su punto de vista sobre donde está parada América latina con la pandemia (“tiene el 8% de la población mundial, el 30% de las muertes y el 3% de las vacunas, una tragedia” ). Y allí explicó que uno de los problemas que enfrentan sus países es la mochila de la deuda que registrarán luego de los paquetes de ayuda desplegados. (“Mi objetivo en el Banco Mundial es identificar aquellos donde la deuda se ha vuelto una carga insostenible, volverla sostenible y que las personas que vivan allí vean una luz al final del túnel”).
Malpass dejó en claro que el caso argentino de la deuda es “específico” y “único” por su magnitud. Argentina busca negociar los vencimientos por US$ 44.000 millones contraídos con el FMI antes de la pandemia.
En el gobierno argentina hay quienes pretenden solicitar al Fondo una refinanciación de 20 años de esa deuda, elevar el caso al Tribunal de la ONU y hasta recurrir a la iniciativa del G-20 para aliviar el pago de la carga. Malpass cortó toda posibilidad de esto último. “Es sólo para los países pobres”.
El presidente del banco dijo que para que Argentina “deje atrás las crisis de deuda que la han plagado en el pasado y moverse hacia un ambiente más estable, deben darse políticas gubernamentales que alienten el crecimiento y la inversión. Son los desafíos principales y en algún modo únicos para la Argentina por el tamaño de su deuda”.
Por su parte, el vicepresidente del banco, Felipe Jaramillo, agregó que “sabemos que la situación argentina es difícil por la deuda elevada y que es muy importante alcanzar de manera exitosa un programa con el FMI este año. Nosotros estamos viendo cómo podemos ayudar. La tensión está en cómo aumentar la inversión en la economía, volverla más competitiva y al mismo tiempo financiarla de manera que no sea inflacionario en un contexto difícil. El acuerdo con los bonistas fue un buen primer paso”.
América latina registró una caída de su economía de 7% en 2020 según el banco. “La peor desde 1901”, dijo Malpass. Mientras se espera que pronto las economías ya recuperen lo perdido durante la pandemia en 2021, “tomará tiempo en la región”.
El FMI ve algunas ventajas de retrasar un acuerdo con la Argentina
La titular del FMI, Kristalina Georgieva, se reunirá con Martín Guzmán hacia fin de mes en Washington, para seguir negociando.
Los funcionarios del Fondo Monetario Internacional (FMI) creen que retrasar el acuerdo por US$ 45.000 millones con Argentina para después de las elecciones parlamentarias de octubre tiene algunos beneficios. Las conversaciones han tenido pocos avances a seis meses de haber comenzado, según personas familiarizadas con la situación.
Si bien los negociadores del FMI prefieren llegar a un acuerdo con Argentina lo antes posible, algunos creen que la dilación del Gobierno tiene un lado positivo. Argentina podría asumir más responsabilidad y mayores compromisos políticos una vez que se elimine la presión de una elección parlamentaria clave, dijeron tres personas familiarizadas con las conversaciones, que solicitaron no ser identificadas por tratarse de discusiones privadas.
La máxima prioridad del FMI es que Argentina diseñe un acuerdo que pueda cumplir y que lleve al país de regreso al crecimiento, y el Fondo sabe que no puede presionar a la nación a que lo haga, dijeron las personas.
Un portavoz del organismo de Washington dijo que su equipo continúa colaborando de manera constructiva con las autoridades argentinas en un posible programa. El Ministerio de Economía del país declinó hacer comentarios.
Argentina comenzó en septiembre las conversaciones con funcionarios del FMI sobre un programa renovado para reprogramar los pagos de US$ 45.000 millones que la nación le debe al banco de un histórico acuerdo anterior.
Inicialmente, el objetivo de los líderes gubernamentales era cerrar el acuerdo en mayo, plazo que un funcionario del FMI calificó recientemente de ambicioso. La directora gerente del FMI, Kristalina Georgieva, apuntó a la tensión el mes pasado, cuando dijo que el FMI está comprometido, pero que “se necesitan dos para bailar tango”.
Los funcionarios en Buenos Aires han moderado las expectativas sobre un acuerdo, y el presidente, Alberto Fernández, dijo recientemente que no quiere apurar las conversaciones. Aún debe enviar un plan económico detallado al FMI o incluso a los principales líderes de su coalición, un paso clave para avanzar en la negociación, según otras dos personas familiarizadas con la situación, que también pidieron no ser identificadas.
Limitaciones políticas
Fernández enfrenta un camino político cada vez más estrecho a medida que se acerca la votación del 24 de octubre. Anunciar un acuerdo con el Fondo, que probablemente incluirá promesas de austeridad fiscal, puede perjudicar la posición de la coalición gobernante en un país donde se suele culpar al FMI por sus constantes crisis económicas.
Si bien retrasar un acuerdo también implica riesgos, el Gobierno puede verse alentado a seguir ese camino después de una serie de golpes de suerte, incluidos un aumento en los precios de la soja y un potencial nuevo financiamiento del FMI, según dos de las personas consultadas.
Argentina está considerando usar nuevos activos de reserva del Fondo, conocidos como DEG o derechos especiales de giro, para pagar un vencimiento de capital de US$ 1.900 millones al banco en septiembre si no puede llegar a un acuerdo para entonces, informó Bloomberg News el mes pasado.
Sin embargo, estos vientos a favor no resuelven las dificultades económicas que enfrenta Argentina. El país acaba de salir de tres años de recesión, se proyecta que la inflación alcanzará casi el 50% este año y el desempleo es de dos dígitos.
La reestructuración de US$ 65.000 millones en deuda del Gobierno con acreedores privados el año pasado no aumentó su credibilidad, y los bonos nuevamente se encuentran en la zona que las calificadoras de riego califican como "basura". El país no tiene acceso al crédito externo, lo que lo obliga a imprimir dinero.