Crece el "súper rulo" del Gobierno para tener atado al dólar blue
Una venta y compra simultánea de títulos dolarizados tranquiliza al mercado. La clave estará en la 'brecha' entre los distintos tipos de cambio.
En días de tensiones, la estabilidad cambiaria juega a favor del ministro Martín Guzmán.
Si algo demuestra tener en claro el ministro Martín Guzmán es que la estabilidad financiera se transformó en su principal capital político.
Tener atado al dólar es un activo para cualquier Gobierno argentino en un año electoral y en esta ocasión (con pandemia, escándalo por las vacunas y la vicepresidenta Cristina Kirchner encendida contra jueces, la Justicia y el Fondo Monetario Internacional), el valor de ese resultado se potencia.
Es al calor de esa necesidad que Miguel Angel Pesce va consolidando desde el Banco Central un "súper rulo" para mantener aquietado a los dólares libres (dólar bolsa o MEP y "contado con liquidación") impactando en los negocios con el blue o paralelo.
La estrategia, que arrancó a fines de octubre, se fue consolidando con el correr de las semanas y al calor de lo que constituye el dato más importante para el país en materia económica, que es la fuerte suba de la soja en el mercado internacional que, además de dólares, desata fantasías políticas en el Gobierno.
El "súper rulo"fue causa, además de los pagos de intereses de la deuda, para explicar un resultado raro en el Banco Central cuya síntesis es: Pesce compra dólares pero las reservas no crecen en la misma medida.
Según datos oficiales, en lo que va del año al 3 de marzo el Central lleva comprado US$1.195 millones y las reservas aumentaron sólo US$331 millones.
Es más, en los primeros tres días de este mes Pesce compró US$406 millones y las reservas subieron US$200 millones.
Parte de esos dólares que no están fueron a pagar intereses de deuda de organismos internacionales (así se entiende porqué el presidente del Central está muy interesado en que Guzmán llegue a un acuerdo con el FMI antes de fin de mayo), y otra parte a financiar el "super rulo" que se constituyó en la llave para mantener aldólar aquietado.
La vigencia del "súper rulo" y la suba de la soja (a fines de agosto estaba en US$355 y ahora en US$530, un aumento de US$175 o 49% haciendo lo mismo, fortuna increíble), fueron dos argumentos principales para que Guzmán se animara a afirmar que el mayorista subirá 25% hasta fin de año y que el 31 de diciembre estará en $102,40.
Así, entre Guzmán y Pesce definieron una regla no escrita: el "dólar Guzmán" fija el "piso" y el "súper rulo" intenta un "techo" como medio para que la "brecha" entre dólares baje algo y los exportadores no se sientan tentados subfacturar.
Según los cálculos de la consultora Eco Go, el "súper rulo" para mantener sin sobresaltos a los dólares libres le costó al Banco Central US$680 millones de las reservas desde fines de octubre y rompe con la idea de la efectividad del cepo.
Si el dólar está tan tranquilo cuando la inflación sigue presionando y desde la política se generan muchas cosas menos tranquilidad es, en gran medida, porque el Central está vendiendo divisas.
¿De qué se trata el "super rulo? El Central vende bonos AL30 y absorbe pesos, pero simultáneamente compra esos mismos bonos con dólares de las reservas en el intento de evitar una caída adicional de esos bonos.
Así aumenta la oferta de dólares en el mercado a razón de entre US$10 y US$15 millones diarios.
Con ese esquema, un dólar mayorista está en $90,66, el contado con liquidación en $153 y el blue en $143. La fotografía marca una brecha de 60%, moderada respecto de los niveles del año pasado, pero lejos todavía del 30% que podría considerarse atractiva para favorecer la liquidación de divisas.
Bajar la brecha entre dólares pasa ahora a constituirse en objetivo principal para el equipo económico, especialmente después de la suba de la tasa de riesgo país de los últimos días.
La suba de esa tasa (está en 1.614 puntos y un mes atrás era de 1.448), es el reflejo de una nueva caída de los precios de los bonos argentinos producto, se estima, de la nueva ola de desconfianza que se generó a partir de la embestida de la vicepresidenta contra la Justicia, el FMI y los espacios de poder del presidente Alberto Fernández.
Los bonos rinden entre 18 y 19% anual en un mundo financiero que comenzó a cambiar con la suba de la tasa de interés de los bonos a 10 años del tesoro de los EE.UU., que ahora rinden en torno 1,53% anual.
El precio del oro bajó 11% en lo que va del año y las reservas del Banco Central en metal también sufren.
Un tema adicional para explicar que el Central compra dólares pero las reservas crecen en menor medida es que la suba de la tasa de interés en EE.UU. está tirando para abajo al oro a nivel internacional.
El oro baja 11% en el año y las reservas del Central en metal también sufren.
El mundo financiero vive un momento muy particular, con los países desarrollados emitiendo moneda a mano alzada y con pronósticos de recuperación violenta de la actividad económica.
En la Argentina el panorama es otro. La actividad económica está rebotando pero las tensiones de la política dejan poco margen de optimismo para esperar alguna suba de las inversiones.
El punto a mirar en las próximos meses será la "brecha" cambiaria. El "súper rulo" está haciendo su trabajo sobre los dólares libres, pero sin una expectativa de acuerdo a corto plazo con el Fondo Monetario, su efecto puede diluirse.