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 Clarín - Economía

Martín Guzmán se reúne hoy con la jefa del FMI, y el Gobierno espera una señal. Hasta los economistas heterodoxos y cercanos al Gobierno ya piensan en cómo flexibilizar el cepo

En el oficialismo se habló de una posible postergación del acuerdo para después de las elecciones.

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El ministro de Economía, Martín Guzmán, se reunirá hoy con la titular del Fondo Monetario Internacional (FMI), Kristalina Georgieva.

Washington (corresponsal).- El ministro de Economía Martín Guzmán se reúne este martes en Washington con la directora gerente del Fondo Monetario Internacional, Kristalina Georgieva, para discutir cara a cara la renegociación de la deuda argentina, en medio de rumores de un aplazamiento del acuerdo hasta después de las elecciones.

Guzmán se reunirá con la jefa del Fondo por la tarde, horas después de encontrarse con los funcionarios que siguen día a día el detalle de las negociaciones del programa que busca reprogramar el préstamo de US$ 57.000 millones otorgado en 2018, del que se desembolsaron US$ 44.000 millones.

Se trata de la vicedirectora para el Hemisferio Occidental, Julie Kozack, y el encargado del área argentina, Luis Cubeddu, que son los funcionarios que han viajado ya varias veces a Buenos Aires en misiones técnicas. Con ellos Guzmán se reunirá por la mañana y prepararán el terreno para las reuniones con Georgieva por la tarde.

El ministro llegó a Washington desde New York, donde el viernes y el sábado vio a inversionistas y académicos y, aunque prometió “reglas claras” y “previsibilidad”, no logró aplacar el gran escepticismo que reina en Wall Street sobre nuestro país ni despejar la incertidumbre que ha hecho aumentar el riesgo país. Por eso espera tener buenas señales desde el Fondo.

Aunque oficialmente solo se ha dicho que las negociaciones continúan, y en forma “constructiva”, en Washington y Wall Street ya casi dan por hecho que el Gobierno buscará aplazar un acuerdo con el Fondo para después de las elecciones de octubre, ya que no hay espacio para hacer un ajuste en un año electoral ni para enredarse en un debate de aprobación en el Congreso. En ese sentido buscarán alternativas para sobrevivir este año de vencimientos de deuda con el Club de París en mayo y otro con el FMI más adelante.

El Gobierno busca estirar el proceso apoyándose en las bondades de la cosecha de este año, más el aumento de las materias primas a nivel global, que aportaría dólares frescos. Pero también se ilusiona con la posibilidad de tener más dinero del propio Fondo, a través de una reforma que el organismo analiza con aval del G20 y el G7: el incremento de capital a través de los llamados Derechos Especiales de Giro (SDR) por lo que la Argentina podría llegar a recibir US$ 3.400 millones, una cifra en proporción a su cuota parte como miembro.

La duda del Fondo es si un eventual aplazamiento podría generar distorsiones muy grandes difíciles de compensar con un pacto luego de octubre. Guzmán deberá exhibir algunas certezas y, sobre todo, deberá demostrar que les será sencillo buscar consensos en el Congreso para la aprobación de un nuevo programa que requiera un ajuste fiscal.

Es posible que también el FMI quiera saber el alcance del juicio que las autoridades argentinas dijeron que iniciarían a funcionarios del FMI y del gobierno de Mauricio Macri por el préstamo otorgado en 2018. Guzmán deberá tranquilizarlos sobre la dimensión de esa movida y asegurarles que fue pensada solamente para consumo interno.

Luego de su encuentro con Georgieva, el miércoles Guzmán se entrevistará con funcionarios del Tesoro (el rol de EE.UU. en la votación en el board del Fondo es fundamental) y luego emprenderá el regreso a la Argentina.

Fuego amigo al cepo: hasta los economistas heterodoxos y cercanos al Gobierno ya piensan en cómo flexibilizarlo

 

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Miguel Pesce a favor de un acuerdo rápido con el FMI y, con él, podría ir flexibilizando el cepo.

El cepo al dólar empieza a ser debate hasta en las propias filas del oficialismo y economistas que fueron funcionarios de gobiernos peronistas. Concretamente, hubo referencias en los últimos días a cómo desarmar las trabas en el mercado de cambios sin que suceda lo miso que le pasó a Mauricio Macri y que hasta él reconoció (en su libro) como uno de los errores de su gestión: una volatilidad excesiva que para muchos de sus más cercanos terminó costándole la reelección.

Sin embargo, hay bastante consenso a esta altura entre economistas heterodoxos que el cepo pone un techo a la oferta de dólares de la economía y, por lo tanto, al crecimiento del producto. Que no da para mucho más y que el Gobierno no puede llegar a 2023 si quiere tener chances de ser reelecto.

La discusión se libra en dos ámbitos.

Uno a nivel oficial. Martín Guzmán negocia un programa de Facilidades Extendidas con el FMI. Se trata de acuerdos más o menos estandarizados que se celebran sobre la base de un régimen en el cual el precio del dólar se determina por las fuerzas de mercado con intervenciones aisladas y transitorias del Banco Central. Por lo tanto el programa que firmaría Guzmán apuntaría a flexibilizar progresivamente los controles cambiarios.

El otro ámbito en el que aparecieron cuestionamientos a las trabas en el dólar es en el de economistas que han sido funcionarios en gestiones peronistas, algunas kirchneristas.

Es el caso por ejemplo de Emmanuel Alvarez Agis (viceministro de Economía entre 2013 y 2015) quien, en el informe de su consultora pxq de la última semana, deja en claro que la economía argentina necesita más temprano que tarde recuperar un ritmo de crecimiento que calce justo con los dólares que necesita para hacer funcionar la producción. En ese sentido, plantea Agis, la discusión relevante pasa por cómo flexibilizar el esquema de control de cambios.

Eliminar el cepo “podría significar una mayor fuente de demanda de dólares o incrementar la oferta”, dice Agis. ¿Cuál de las dos ocurriría hoy si se quitaran las regulaciones? “Con estas condiciones macroeconómicas, la primera opción parece más probable. Sin embargo, reducir las restricciones ayudaría a que desaparezcan los incentivos a no liquidar exportaciones”. Para el ex viceministro de Economía apostar a la autarquía financiera (’vivir con lo nuestro’) no es viable porque el superávit externo necesario para hacer frente a los vencimientos implicaría un ajuste en las cuentas externas.

Roberto Feletti, ex viceministro de Economía entre 2009 y 2011, coincide con que es clave consolidar el superávit externo y para ello hay que imaginar una salida del cepo. “Pero hay que establecer pautas claras para el volumen de atesoramiento, utilidades y dividendos girados al exterior en función de niveles de rentabilidad y capital invertido. Lo que es inviable es un mercado completamente desregulado. Creo que en paralelo hay que desarrollar un instrumento de ahorro alternativo y, desde ya, mantener el equilibrio macroeconómico”.

En la semana surgió un dato negativo para la economía que emana de los controles cambiarios: la inflación en los productos importados. En febrero el dólar oficial aumentó 3,5% pero los costos importados lo hicieron 7,4%. ¿Por qué sucede esto? Porque las empresas remarcan sus productos al dólar financiero ante la incertidumbre de que el BCRA les venda dólares y la Aduana les deje ingresar nueva mercadería.

Ni el Gobierno ni Agis ni Feletti plantean un salto a un régimen más flexible de manera inmediata. El FMI no pondría reparos a ninguno de esos planteos en la negociación del próximo programa con Argentina. Basta con repasar un informe reciente de la consultora ACM, en el que se señalan las miradas del organismo en la materia. “Aquellos países que presenten controles cambiarios estrictos y mercados paralelos de moneda extranjera, el FMI no pide una migración inmediata hacia un régimen más flexible”. Y muestra el caso a seguir: Angola, cuyo gobierno firmó un acuerdo como el que Guzmán intenta sellar en 2018. “Las autoridades fueron flexibilizando tanto el mercado de cambio spot como también el de futuros al mismo tiempo que se relajaron las condiciones para el ingreso de capitales en la forma de inversión extranjera directa. El caso de Angola es un ejemplo cercano y que podría servir como guía para pensar el fenómeno en la Argentina”.

Por último, también el ex ministro de Economía Jorge Remes Lenicov advirtió en un reciente documento suyo sobre la estrategia de atrasar el dólar para frenar la inflación y caer en esquemas que no incentivan las exportaciones. Concretamente, dijo que la Argentina en 37 años pasó “por períodos de retraso y adelanto cambiario, de tipo de cambio fijo y variable, y de regímenes que han oscilado entre el control y la libertad total. ¿Cómo hace una empresa para exportar si no sabe cuál será el valor que recibirá en pesos por cada dólar?”.