En 2020 cayeron los ingresos de la población y el 10% más rico se llevó el 31,7% y el más pobre el 1
El reparto del ingreso acentuó su desigualdad, pero por la mayor pauperización de la población urbana se redujo el coeficiente GINI.
Microcentro porteño, también golpeado por la pandemia y la cuarentena.
Con una inflación interanual del 36,1%, durante 2020 el total de los ingresos de los hogares en relación a la población - “el ingreso promedio per cápita del total de la población"- subió de $ 16.485 a $19.524: un aumento de apenas el 18,4%: la mitad de la inflación (36.1%).
Si se considera el aumento anual de la población, "la suma total de ingresos creció 19,6% en relación con igual trimestre de 2019; los ingresos laborales crecieron 18,2% y los no laborales, 23,2%", de acuerdo al Informe Distribución del Ingreso del INDEC.
Estos ingresos - en términos reales más bajos- se repartieron de manera muy desigual: el 10% de la población recibió el 1,5% del total y en la otra punta el 10% más rico el 31,7%: una brecha de 21 veces
Esto pasó porque el ingreso promedio de las personas que tuvieron algún ingreso – un 58,6% de la población total- registró un aumento interanual de 26,1%. Representa una pérdida real del 7,3%, de acuerdo a los datos del INDEC del cuarto trimestre de 2020. Un año atrás, tuvieron ingresos el 61,5% de la población total.
A su vez, por la mayor desocupación y pérdida de empleos, la cantidad de gente con ingresos disminuyó en 1,1 millones de personas proyectado a todo el país (del 61,5 al 58,6%: 2,9 puntos).
Todos estos números explican en gran parte el aumento en un año de la pobreza del 35.5% al 42% como consecuencia de la caída del empleo y de los ingresos.
En el caso de la población asalariada hubo una caída de casi un millón de personas ocupadas- en mayor proporción de asalariados informales- con un ingreso promedio de los que conservaron el trabajo de $36.246, un aumento interanual de 32,4%.
El ingreso promedio de las personas asalariadas con descuento jubilatorio fue de $44.613 (+30,3% interanual), mientras que en el caso de aquellas sin descuento jubilatorio, el ingreso promedio fue $18.676 (+27,9% interanual).
En cuanto a la distribución del ingreso, se mantuvo en 21 veces la brecha de ingresos por persona entre el 10% más rico y el 10% más pobre. En 2017 esa distancia era de 17 veces. Subió a 20 veces en 2018 y a 21 veces en 2019. En tanto, se considera la “mediana” la distancia sube de 16 a 18 veces. En 2017 es relación era de 13 veces.
De los datos oficiales se desprende que por la mayor pauperización de la población hubo “una disminución de la desigualdad”, ya que el coeficiente de Gini bajó de 0,439 a 0,435, pero por encima de 0,417 a 0,434 entre los cuartos trimestres de 2017 y 2018.
El coeficiente de Gini es un indicador de desigualdad que toma en cuenta cómo se reparte la totalidad de los ingresos de la población. Es un indicador que varía entre 0 y 1. Cuanto más cercano a 1, mayor es la desigualdad en la distribución del ingreso y pasa lo contrario cuando se acerca a cero (igualdad absoluta).
Desde que el INDEC difunde la nueva serie de la Encuesta Permanente de Hogares (EPH) -en el segundo trimestre de 2016- el coeficiente de Gini arrancó con un valor alto, fue disminuyendo hasta fines de 2017 para volver a subir desde el segundo trimestre del año pasado, con la recesión, el menor empleo y el deterioro de los ingresos de la población trabajadora y de los jubilados.
En parte, esto se explica porque, por las ayudas del Estado implementadas, el Informe del INDEC señala “en el caso del estrato bajo, el aumento interanual de los ingresos fue de 30,4%; y tanto en el estrato medio como en el estrato alto, el aumento interanual fue de 25,4%”.