Banco Mundial advierte que las subas de tasas en todo el mundo pueden provocar una recesión "devastadora"
La organización le pidió a los bancos centrales que coordinen sus medidas para reducir el grado de endurecimiento global.
El Banco Mundial advirtió que los principales bancos centrales corren el riesgo de sumir a la economía mundial en una recesión "devastadora" el año que viene, si los responsables políticos suben demasiado las tasas de interés en los próximos meses y tensionan más a los mercados financieros.
La organización le ha pedido a las autoridades monetarias de las grandes economías que coordinen sus acciones para reducir el grado de endurecimiento global.
En un intento por controlar la inflación, los bancos centrales, encabezados por la Reserva Federal de Estados Unidos, se han embarcado en una serie de agresivas subas de tasas a lo largo de 2022, por primera vez en décadas, se sitúa en dos dígitos o cerca en varias economías avanzadas.
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Los precios de la energía y los alimentos se han disparado tras la invasión rusa de Ucrania a fines de febrero, desencadenando una crisis del costo de vida.
Para evitar que la inflación se desborde, el Banco Mundial instó a los gobiernos a proporcionar un alivio específico a los hogares vulnerables en lugar de recurrir a una política monetaria más estricta.
David Malpass, presidente del Banco Mundial, dijo que el impulso de la economía mundial se estaba desvaneciendo y que más países ya estaban cayendo en recesión. "Mi profunda preocupación es que estas tendencias persistan, con consecuencias duraderas y devastadoras para los habitantes de las economías emergentes y en desarrollo", añadió.
Pidió que se tomen más medidas para impulsar la producción con el fin de aliviar la presión inflacionaria, en lugar de centrarse exclusivamente en frenar el gasto. El aumento de la inversión, dijo, "mejoraría la productividad y la asignación de capital, que son fundamentales para el crecimiento y la reducción de la pobreza".
El Banco Mundial no elaboró nuevas previsiones para la economía mundial, pero señaló que las perspectivas para 2023 se han ido reduciendo a medida que tanto los países ricos como los pobres han respondido a la elevada inflación de este año tratando de limitar el gasto.
"Los bancos centrales de todo el mundo han subido las tasas de interés este año con un grado de sincronización que no se había visto en las últimas cinco décadas, una tendencia que probablemente continuará hasta bien entrado el próximo año", dijo el Banco Mundial.
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Las advertencias se producen antes de las cruciales decisiones de la Reserva Federal y el Banco de Inglaterra de la próxima semana. Se espera que el banco central de Estados Unidos suba las tasas de interés en 75 puntos básicos por tercera vez consecutiva el próximo jueves, mientras que en el Reino Unido probablemente aumenten 50 puntos básicos.
Las subas previstas de las tasas de interés en todo el mundo repercutirán en la inflación, pero no lo suficiente como para alcanzar los objetivos de los bancos centrales, que suelen situarse en torno al 2%, advirtió el Banco Mundial. Es probable que la inflación subyacente [core ] mundial, excluida la energía, siga siendo del 5% el año que viene, el doble que antes de la pandemia.
Si tal nivel de inflación convenciera a los bancos centrales de ser aún más agresivos, el crecimiento económico mundial caería al 0,5% en 2023, según el Banco Mundial.
Esto cumpliría con la mayoría de las definiciones de una recesión mundial sólo tres años después de la última, añadió el Banco Mundial, porque con el crecimiento de la población, el promedio de los ingresos mundiales estaría cayendo.
En su modelo, el banco dijo que era necesario un cierto endurecimiento de la política monetaria, pero que éste debería ir acompañado de todos los esfuerzos posibles para aliviar los cuellos de botella, tanto a nivel internacional como nacional, para permitir que la producción aumente sin avivar la inflación.
Esto incluye impulsar el suministro de materias primas, alimentos y energía para aliviar gran parte de las fuerzas inflacionarias globales, junto con la inversión para descarbonizar el crecimiento económico.
El execonomista jefe del FMI, Maurice Obstfeld, que ahora trabaja en el Instituto Peterson de Economía Internacional, se ha hecho eco de las conclusiones del banco.
"Al igual que los bancos centrales, especialmente los de los países más ricos, interpretaron mal los factores que impulsaban la inflación cuando subía en 2021, también pueden estar subestimando la velocidad con la que podría caer la inflación a medida que sus economías se ralentizan", dijo Obstfeld, instándoles a ser menos "celosos" a la hora de subir las tasas de interés.
"Al ir todos simultáneamente en la misma dirección, corren el riesgo de reforzar los efectos de las políticas de los demás sin tener en cuenta ese bucle de retroalimentación", añadió.