Deuda: el Gobierno pasó raspando otro test, pese a que los bancos le compraron el 74% de lo emitido
Captó apenas $3775 millones más de lo que le vence, con lo que no despeja las dudas de mercado sobre su capacidad de financiamiento en adelante
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El Gobierno logró superar un nuevo test de deuda, aunque con el resultado más “apretado” desde que se inició la gestión Massa y pese a haber recurrido a la asistencia de los bancos, que le prestaron $7,4 de cada $10 que captó, al comprarle un bono que pueden usar para integrar encajes y les pagará una tasa mayor a la que venían cobrando con lo que ya usaban para ese propósito.
La conclusión surge de observar que consiguió del mercado un total de $165.866 millones en momentos en que afronta vencimientos muy próximos por $162.091 millones, con lo que estiró muy levemente (en unos $3775 millones) el total de recursos frescos captados para cubrir su déficit, que ahora llega a los $33.500 millones, pero se mantiene dos tercios por debajo del nivel que necesitaría -según proyecciones de mercado- para cerrar los números del mes.
Fue lo que dejó el resultado de la licitación del día, una subasta en la que ofreció tres nuevos instrumentos: una Letras de Liquidez corta para Fondos Comunes de Inversión que colocó al 69% y otra de Descuento a más de cuarto meses, que le aportó apenas unos $16.500 millones pese a que pactó una tasa del 88,8%, pero apoyándose desde el vamos en el Bonte con vencimiento 23 de noviembre de 2027, con el que proyectaba tomar el 80% del total colocado.
El Bonte 27 es un bono con horizonte de maduración total en cinco años, pero que comenzará a amortizar capital en cuatro cuotas anuales y consecutivas desde el 23/11/24 y pagará a los bancos los intereses trimestralmente a una tasa equivalente al 70% de la Badlar privada (equivalente al 48,5%) que resulta casi cinco puntos superior por la que reciben del TY27P que usaban hasta ahora para integrar encajes.
Esta es la razón por la que se “tiraron de cabeza” a este instrumento, que suscribieron por $122.156 millones y -no casualmente- 72 horas después que el Banco Central (BCRA) les liberara unos $220.000 millones al renovarles sólo parcialmente Letras de Liquidez (Leliqs) que les vencían para que reorienten esa liquidez hacia papeles del Tesoro para ayudar a financiarlo.
“Es ajustable por la tasa Badlar multiplicada por 0,7 puntos. Es decir, que está ofreciendo un bono ajustable por la tasa promedio que rinden los depósitos a plazo fijo de más de un millón de pesos en los bancos privados. Sin suda será, por decirlo de algún modo, la ‘estrella’ del llamado”, no casualmente se animaban a pronosticar desde Criteria Partner.
De este modo, las entidades financieras (que siguen aumentando fuertemente su exposición al sector público, algo que en el pasado les “contagió” problemas que luego trasladaron a sus depositantes) aportaron el 74% de los fondos con que se alzó en esta subasta el Gobierno.
El modo en que la administración Fernández superó el nuevo test de deuda se descuenta que tenderá a acrecentar las dudas que existen en el mercado sobre la sustentabilidad del programa de financiamiento público, clave para cumplir el acuerdo con el FMI ahora que no quedó más lugar para la “maquinita” del BCRA.
En especial porque hoy “el Tesoro tomó el 98% de lo que le ofrecieron: Es el % más alto del año”, hizo notar el analista Andrés Reschini, de F2 Soluciones Financieras. “El resultado volvió a estar demasiado lejos de lo que necesita el equipo económico para cerrar el programa financiero de este año sin una mayor emisión. Tanto las licitaciones primarias como la dinámica del mercado secundario muestran que el Tesoro está encontrando un límite al financiamiento en el mercado doméstico”, coinciden en alertar desde Facimex.
Esos temores, ya reflejados en la presión bajista que sufren muchos de los bonos en pesos emitidos (lo que obligó al BCRA a realizar nuevas recompras por unos $190.000 millones en las últimas semanas, según cálculos de mercado), fueron los que llevaron a una calificadora líder como S&P por primera vez esta semana a considerar la deuda emitida en pesos por el Gobierno tan riesgosa como la deuda que emite en dólares.
Por algo la de hoy fue la tercera licitación consecutiva en que el Tesoro no ofreció al mercado papeles con capital ajustable por CER, reconociendo así implícitamente los problemas de demanda y confiabilidad que enfrenta esa deuda. “Creemos que producto del estrés en la curva que lo obligaría a convalidar tasas reales más altas”, observaron desde el Grupo SBS.
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