Lagarde fue nominada para dirigir el Banco Central Europeo y deja temporalmente el FMI
Christine Lagarde, una aliada crucial del gobierno de Mauricio Macri, dejará el Fondo Monetario Internacional, para asumir el timón del euro.
WASHINGTON.- Christine Lagarde , una aliada crucial del gobierno de Mauricio Macri en la arena internacional, dejará el Fondo Monetario Internacional ( FMI ) y cruzará el Atlántico para asumir el timón del euro.
La directora Gerente del FMI, cuya gestión fue determinante para que la Argentina arraigara un amplio respaldo en el organismo y obtuviera el mayor préstamo de la historia para capear la crisis económica, anunció que dejará su cargo, luego de ser nominada para asumir la presidencia del Banco Central Europeo (BCE).
La sorpresiva nominación de Lagarde para que comande la política monetaria de la Eurozona fue anunciada por Donald Tusk, presidente del Consejo Europeo. Una vez nombrada, Lagarde marcará un nuevo hito: será la primera mujer en presidir el BCE, luego de ser la primera mujer en comandar el FMI y el Ministerio de Finanzas de Francia. Otra mujer, la actual ministra de Defensa del gobierno de Angela Merkel, Ursula von der Leyen, fue designada para ser la primera de la historia que preside la Comisión Europea.
"Estoy muy satisfecho por haber logrado el acuerdo y por haber incluido a dos mujeres", celebró Tusk.
"Me siento honrada de haber sido nominada para la presidencia del BCE. En vista de esto, y en consulta con el Comité de Ética del Directorio Ejecutivo del FMI, he decidido renunciar temporalmente a mis responsabilidades como Directora Gerente del FMI durante el período de nominación", anunció Lagarde, en su cuenta en Twitter.
Lagarde fue una de las principales aliadas en la arena internacional de Macri. Respaldó desde el principio el programa de reformas del Gobierno, y cuando la Argentina se quedó sin financiamiento internacional en medio de la corrida cambiaria que se llevó puesta el "gradualismo" a fines de abril del año anterior, comandó las gestiones que terminaron en el acuerdo stand-by por unos US$ 50.000 millones, el mayor programa en la historia del Fondo, que luego fue ampliado a 57.000 millones de dólares.
La abogada francesa asumió la dirección del Fondo en 2011, luego de la escandalosa salida de Dominique Strauss-Kahn, quien fue acusado de violación y liberado tras lograr eludir un juicio. Antes de mudarse a Washington para asumir el timón del Fondo, Lagarde fue ministra de Finanzas de Francia, cargo que asumió en 2007. En 2009, el Financial Times la eligió como la mejor jefa de finanzas de un gobierno de la Eurozona.
La reacción en el Gobierno
Fieles a las directrices del discurso oficial, desde el Gobierno buscaron desdramatizar la salida de la aliada clave del organismo que le aportó una transfusión sanguínea a la Argentina durante la crisis. "Confiamos que construiremos la misma relación con el sucesor", fue uno de los mensajes que emanó del Ministerio de Hacienda, a cargo de Nicolás Dujovne.
"El apoyo fue del mundo, no de Lagarde", se indicó.
Ese mensaje del Gobierno intentó poner el acento en que el respaldo que la Argentina obtuvo en el Fondo provino, en rigor, del Directorio Ejecutivo, y no sólo de la conducción del organismo. Pero Lagarde, al igual que su número dos, David Lipton, fueron quienes escucharon a Macri y a sus funcionarios, quienes trabajaron con el staff y, en última instancia, quienes respaldaron el plan argentino ante el board, incluido cada uno de los cambios que solicitó el Gobierno, determinantes para conseguir la "pax cambiaria" en la cual descansa la reelección de Macri.
Macri y Dujovne construyeron una relación durante más de tres años y medio con Lagarde y su equipo, en la cual terminaron descansando buena parte de las posibilidades de un éxito del oficialismo en las elecciones presidenciales. Ahora, deberán comenzar de cero con quien quiera que la reemplace.