Pronósticos del FMI: la economía de los Estados Unidos se encamina a ampliar su ventaja sobre la europea
El Fondo Monetario mejoró sus proyecciones para el país de América del Norte, en tanto que en las naciones de Europa la salida de la crisis avanza muy lentamente
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WASHINGTON.– El Fondo Monetario Internacional (FMI) mejoró sus previsiones de crecimiento para este año de la economía global. Pero, como advierte su economista jefe, Pierre-Olivier Gourinchas, “la visión general puede esconder las extremas divergencias entre países”. Mientras Estados Unidos ha crecido con fuerza y superado la tendencia prepandémica, Europa sigue atascada.
El FMI calcula que el crecimiento mundial fue de 3,2% en 2023 y proyecta que continúe a ese ritmo en 2024 y 2025, tras elevar una décima el pronóstico para este año en su informe Perspectivas de la economía mundial, presentado el martes último. La doble velocidad entre Estados Unidos y Europa se mantendrá. El Fondo eleva sus previsiones de crecimiento del PBI de la primera economía del mundo 0,6 puntos, hasta 2,7%. En cambio, recorta las de la zona euro una décima, hasta 0,8%.
La política fiscal expansiva, el récord de exportaciones energéticas, el proteccionismo económico, las inversiones en infraestructura, el aumento de la productividad, los incentivos a las energías renovables y a las nuevas plantas de fabricación de microprocesadores, y el dinamismo de un mercado laboral al que se han incorporado millones de inmigrantes, le permitieron a Estados Unidos crecer 2,5% en 2023. Además, empezó con una fuerte inercia en este año, para el que el FMI prevé un crecimiento de 2,7%. Ni las subas de los tipos de interés, ni las turbulencias bancarias de hace un año, ni la incertidumbre internacional han frenado a la locomotora estadounidense, aunque –por la inflación– la mayoría de los votantes consideren que la economía va mal.
El FMI, por otro lado, advierte que la senda de gasto y deuda es insostenible a largo plazo. “Algo tendrá que cambiar”, advierte.
Europa, en tanto, sale de la crisis a rastras. La zona del euro creció 0,4% en 2023 y este año lo hará 0,8%, menos de la tercera parte que Estados Unidos. La guerra de Ucrania y su impacto en los mercados energéticos y de materias primas le pasó una mayor factura a una economía europea que, además, no encontró nuevas fuentes de dinamismo para contrarrestar la contracción monetaria. Con Alemania atascada, no ha habido otros países capaces de tomar el relevo.
Tras un tortuoso camino que comenzó con la pandemia, los trastornos en las cadenas de suministro, la guerra iniciada por Rusia en Ucrania, con las crisis energética y alimentaria aparejadas, y la considerable escalada de la inflación, a la que siguió una contracción monetaria sincronizada a escala mundial, la economía mundial ha resistido mejor de lo esperado.
Como dijo la directora gerente del FMI, Kristalina Georgieva, esa es la parte optimista del mensaje. “El mundo ha evitado una recesión, el sistema bancario ha demostrado resiliencia en su mayor parte, y las principales economías de mercados emergentes no sufrieron frenadas bruscas de la entrada de capitales. Más aún, la escalada de la inflación –pese a su gravedad y la correspondiente crisis del costo de vida— no desencadenó espirales descontroladas de precios y salarios. En su lugar, la inflación mundial se ha reducido casi con la misma rapidez con la que aumentó”, sostiene el Fondo.
Conforme la inflación descendía desde su máximo de 2022, la actividad económica creció de forma constante pese a los riesgos de estanflación y recesión mundial. El crecimiento del empleo y de la renta se mantuvo constante, debido al impulso de la demanda y, por el lado de la oferta, con un fuerte aumento de la tasa de actividad. ß © El País
Miguel Jiménez
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