Metas cumplidas con el FMI: las condiciones para llegar a un nuevo programa

El Gobierno y el Fondo Monetario Internacional (FMI) buscan cerrar la octava revisión de la economía para destrabar un desembolso por u$s 800 millones. El Gobierno llegó con las metas cumplidas a la evaluación de la que participan en Washington el secretario de Finanzas Pablo Quirno y el vicepresidente del BCRA, Vladimir Werning.

En el plano fiscal, el Gobierno de Javier Milei llegó con sobrecumplimiento de metas tras los superávits fiscal y financiero del primer trimestre a punto tal que el Fondo Monetario pidió en reiteradas oportunidades calibrar el ajuste y que no lo paguen los más vulnerables.

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En abril el Gobierno desaceleró el ritmo de ajuste del gasto, que cayó 22,5% en lugar del 28% que marcó el acumulado del primer cuatrimestre. Por un lado, la desaceleración de la inflación contribuyó a que se licúen menos los ingresos. 

  Hubo así alivio para los jubilados en el último mes tras los reclamos internos y desde el Fondo, en las sucesivas reuniones desde la alta dirección del organismo, de Gita Gopinath a Kristalina Georgieva y también a cargo del director para el Hemisferio Occidental, Rodrigo Valdés. En tanto, la motosierra siguió operando sobre obra pública y transferencias a las provincias.  

El financiamiento monetario del Tesoro también se cumplió y el BCRA anticipó por su parte que la meta de acumulación de reservas estaba dentro de lo pactado. "El compromiso al financiamiento cero desde el BCRA al Tesoro apunta a reducir el riesgo por exceso de liquidez en pesos", escribió Werning en un análisis que presentó al FMI.

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Sobre la meta de acumulación de reservas, el número 2 del BCRA también aseguró que se cumplió el objetivo para el primer cuatrimestre "por un margen cómodo", detalló. Desde el 10 de diciembre la compra acumulada del BCRA totalizó u$s 13.000 millones, por encima de los u$s 11.000 millones previstos en el programa con el Fondo.

Las condiciones para un nuevo programa

El gobierno adoptó "medidas de terapia de shock (austeridad fiscal, ajuste monetario y mayor liberalización) para estabilizar la economía, abordar deficiencias estructurales de larga data y sentar las bases para que la actividad se recupere", detalló un análisis sobre el giro de la Argentina bajo la gestión Milei a cargo del Instituto Internacional de Finanzas (IIF). 

"A pesar de las duras correcciones que provocaron un aumento de la inflación y pérdidas considerables de producción, el apoyo popular a la nueva administración se ha mantenido relativamente fuerte en medio de una intensa confrontación política", agregó el informe que detalla cuáles son las medidas que faltan según los inversores.

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Entre las perspectivas a corto plazo para el intento de Argentina de reformar su economía "después de años de políticas equivocadas", el IIF consideró que el ajuste inicial "ayudó a contener la inflación, estabilizar el peso y reponer las reservas".

"No obstante, la inflación se mantiene en los tres dígitos, la actividad disminuirá por segundo año consecutivo en 2024, la liquidez externa es baja y la estabilidad del mercado de divisas depende en gran medida de los controles de capital", advirtió el informe a cargo de Martín Castellano, María Paola Figueroa y Valentina Bonifacio.

"Estas frágiles condiciones económicas podrían desencadenar malestar social, complicando la implementación de políticas", indicaron sobre los riesgos. Algo así también planteó uno de los inversores que elogió Luis Caputo en la semana tras la reunión que tuvieron en Los Ángeles. "No sé cuánto más tiempo le va a dar la gente", dijo Stanley Druckenmiller, ex socio de George Soros. 

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Así, las condiciones para los próximos meses incluyen que se mantenga "una rápida desinflación" para mejorar el poder adquisitivo y evitar la apreciación del tipo de cambio real, para sustentar la acumulación de reservas. "Además, el apoyo político es clave para la sostenibilidad del programa", enfatizaron.

"Lograr un consenso legislativo para aprobar reformas que mejoren la productividad y un paquete fiscal podría desencadenar financiamiento externo como parte de un nuevo programa del FMI", sostuvo el Instituto Internacional de Finanzas. 

El propio FMI le reclama al Gobierno que las medidas deben tener "amplio apoyo político y social" para que el plan económico sea sustentable. 

El test de la Ley de Bases y el paquete fiscal es clave para el mercado y de su aprobación depende el futuro de la gestión. Por eso los analistas señalan que el Gobierno "hizo concesiones" y negoció con los sectores "de centro" para lograr apoyo. Las próximas semanas son cruciales para ver si hay avances -y modificaciones- para garantizar que se aprueben los proyectos.

Si pasa la prueba, se allanaría un nuevo acuerdo con el Fondo. "Esto ayudaría a eliminar los controles cambiarios persistentes y permitiría un repunte del crecimiento en 2025", indicaron los analistas del IIF.

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En ese marco, agregaron que "la incertidumbre sobre el futuro régimen monetario también es elevada": una mayor flexibilidad del tipo de cambio requeriría liquidez externa adicional y podría obstaculizar la desinflación. El razonamiento está en línea con las medidas del Gobierno, que además del ancla fiscal mantienen la cambiaria para evitar saltos inflacionarios. 

"La ejecución de reformas y una mayor claridad sobre el marco de políticas facilitarían el ajuste fiscal y aumentarían la confianza de los inversores, impulsando el crecimiento", plantearon sobre lo que se necesita para que las promesas de inversión se transformen en divisas y proyectos reales.