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 El Cronista Finanzas y Mercado

Calificadoras internacionales prenden luces amarillas sobre la Argentina

Tanto Moody's como S&P prevén contracción del crédito y el PBI para este año. Además, alertan sobre los efectos de la incertidumbre política. 

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Calificadoras internacionales prenden luces amarillas sobre la Argentina

Las calificadoras S&P y Moody's difundieron hoy informes donde se refieren a la situación argentina, dominada por la incertidumbre política. 

Desde S&P se refirieron a las perspectivas del sector bancario y crediticio. "Esperamos que la cartera de crédito total en América latina se expanda a 5%- 9% en 2019-2020, excepto en Argentina donde prevemos que el crédito se contraiga" debido "a las difíciles condiciones operativas en los segmentos de financiamiento corporativo y al consumo".

S&P hizo referencia a la irregularidad de la cartera crediticia, que lleva 9 meses en alza. "En Argentina, los indicadores de calidad de activos se erosionaron debido a la recesión", dijeron. 

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En un apartado exclusivo para Argentina, S&P afirmó: "Las endebles condiciones persisten debido a que continúa la intensa volatilidad que empezó en abril de 2018, exacerbada por la incertidumbre política relacionada con las elecciones presidenciales de octubre".

La calificadora estimó una caída del PBI de 1,6% para este año. "Esta persistente erosión en la actividad económica se ha traducido en una contracción del crédito en términos reales, y en una fuerte caída en los indicadores de calidad de activos; la cartera vencida representaba alrededor de 4,2% de los créditos al sector privado al cierre de abril de 2019, desde 1,8% al cierre de 2018", señaló.

S&P argumentó que esa mala performance "se relaciona con casos específicos en el segmento corporativo y con el deterioro en los indicadores de las pequeñas y medianas empresas (pymes) y en el segmento minorista (préstamos y tarjetas de crédito)".

La calificadora estima "que las pérdidas alcancen su nivel máximo durante el primer semestre del año, para después recuperarse gradualmente a partir del último trimestre de 2019, siempre y cuando las variables económicas empiecen a normalizarse".

Sin embargo, el informe de S&P reconoció que la contracción del crédito se compensó con las ganancias generadas por las altas tasas de interés de las Leliq y el impacto de la revaluación de los activos bancarios por la aplicación de nuevas normas contables (NIIF). 

"Este impacto también compensa los efectos de la contracción del crédito en términos reales y de las mayores provisiones para pérdidas crediticias. La rentabilidad sostenida y la asignación de parte de la liquidez a instrumentos del Banco Central han ayudado a mantener indicadores de solvencia adecuados y una liquidez elevada en el sistema, lo cual es importante ante el nivel de dolarización en el país", expresó S&P.

El impacto de la política en el financiamiento

La calificadora Moody's, por su parte, señaló que la creciente incertidumbre política en Argentina podría provocar desafíos en materia de financiamiento para la mayoría de los emisores y una eventual reestructuración de la deuda soberana.

Pese a que Moody's reconoce que las políticas que lleva adelante el gobierno "son acertadas", Gersan Zurita, Senior Vice President de la calificadora afirmó: "El creciente riesgo de cambio de políticas en Argentina podría representar una amenaza para el acceso a los mercados". Y agregó: "Esto ejercería una presión significativa sobre la posición de liquidez del Gobierno y aumentaría la posibilidad de una reestructuración de deuda en los próximos dos o tres años".

Moody's tiene un pronóstico ligeramente más benévolo que sus colegas de S&P, ya que espera que la economía caiga 1,5% este año. El reporte indicó que la recesión, combinada con la inflación alta y la incertidumbre política afectará el financiamiento de varios sectores. 

Entre ellos mencionaron a las provincias y municipalidades, que "se verán perjudicadas por una menor recaudación tributaria, un mayor nivel de gastos y deuda denominada en moneda extranjera".

Asimismo, dijeron que "las empresas estarán expuestas al debilitamiento de la economía y la moneda, así como también a la incertidumbre sobre el futuro de las políticas gubernamentales, aunque han logrado contrarrestar el limitado acceso a los mercados y la crisis financiera reduciendo sus niveles de deuda desde 2018". En el caso particular de las empresas de servicios públicos y energía, Moody's afirmó que "estarán presionadas por un entorno operativo incierto".

Sobre los bancos, la calificadora sostuvo que la prolongada crisis macroeconómica podría dañar sus fundamentos de los bancos, en línea con lo que alertó S&P. Además, Moody's puntualizó que la baja actividad económica y la alta inflación seguirán afectando al mercado asegurador. 

De todos modos, Moody's estima que las emisiones de deuda se incrementarán durante la segunda mitad de este año, a pesar de las elevadas tasas de interés de referencia y en un contexto de volatilidad, a medida que se aproximan las elecciones presidenciales.

Los bancos latinoamericanos y la Fed

El reporte de S&P se detuvo en el efecto de las tasas estadounidenses en los bancos de la región y aseguró que el relajamiento de la política monetaria podría mejorar las condiciones de financiamiento para los bancos en América latina, "especialmente para aquellos con fundamentos crediticios sanos, ya que se benefician de un mayor acceso a los mercados internacionales".

Al mismo tiempo, S&P espera menor presión sobre los tipos de cambio y las tasas de interés durante la segunda mitad del año para los bancos en América latina. "Sin embargo, no podemos descartar los episodios de alta volatilidad durante el mismo periodo que podrían exacerbar los movimientos del tipo de cambio, dando como resultado una mayor inflación en América latina. En un escenario como tal, podríamos seguir observando presiones sobre la capacidad de pago de deuda de las familias y, por lo tanto, sobre los indicadores de calidad de activos y la rentabilidad de los bancos en la región", reconoció la calificadora.