Contado con liqui, MEP y blue. Las alternativas para los que quieren comprar más de US$10.000
Con las restricciones cambiarias anunciadas ayer volvieron al ruedo términos que no se escuchaban desde el 16 de diciembre de 2015, el día en el que terminó el cepo impuesto por el kirchnerismo.
Con las restricciones cambiarias anunciadas ayer volvieron al ruedo términos que no se escuchaban desde el 16 de diciembre de 2015, el día en el que terminó el cepo impuesto por el kirchnerismo. Contado con liqui, MEP y dólar blue son hasta ahora las alternativas más habituales para quienes quieran hacerse de dólares por encima de las restricciones.
Ayer, el Banco Central lanzó una serie de restricciones tendientes a asegurar el abastecimiento de dólares a empresas y ahorristas, entre las que se destacó que las exportadoras deberán liquidar las divisas producto de sus ventas en el país y que todas las compañías, no solo los bancos, tendrán que pedir autorización a la entidad monetaria para girar dinero al exterior.
Asimismo, se indicó que los clientes particulares podrán retirar o depositar la cantidad de dinero que deseen y comprar hasta US$10.000 por mes. Ese mismo monto será el que una persona podrá transferir al exterior en el mismo lapso. La entidad indicó además que tampoco habrá ningún impedimento al comercio exterior ni restricciones sobre viajes.
¿Qué sucede si una empresa o una persona física quiere o necesita comprar más de US$10.000? Las herramientas utilizadas en el cepo entre 2011 y 2015 vuelven a aparecer como alternativas.
Dólar contado con liquidación
El contado con liquidación o "contado con liqui", como se lo conoce popularmente, es una herramienta que permite cambiar pesos por dólares en el exterior. Primero, un individuo o una empresa compra en pesos acciones o bonos que coticen en la Argentina y en otro mercado internacional (por ejemplo, Wall Street). Luego, esos activos se transfieren a una cuenta en el exterior y se venden a cambio de dólares.
Para eso, hace falta tener una cuenta en el extranjero para que se acredite directamente el dinero allí. Para poder hacer la operación (y también para abrir la cuenta en territorio internacional), se recomienda la intervención de un agente de bolsa que intermedie. Es una operatoria que pueden realizar tanto personas físicas como jurídicas.
Por el momento, los agentes de bolsa consideran que es una opción válida para poder hacerse de dólares por encima del límite, ya que no hay especificaciones sobre si se prohibirá la herramienta o no. Como no hay actividad en los mercados estadounidenses por el feriado de Labor Day, aún no hay cotización del contado con liquidación.
Durante el kirchnerismo se cuestionó la legalidad de esta herramienta. Hacia el final del cepo, el Ministerio Público Fiscal denunció a un banco privado por el abuso del contado con liquidación, pero la Justicia falló a favor de la entidad financiera.
Dólar MEP o dólar bolsa
El dólar MEP (la sigla de "mercado electrónico de pagos"), también conocido como "dólar bolsa", se consigue a través de la compra de un bono que cotiza en pesos, pero que es convertible al mismo bono que cotiza en dólares, por lo que puede venderse en moneda dura.
Además de las diferencias de cotización en ambos casos, los dólares MEP llegan a una cuenta en la Argentina, por lo que están sujetos a la regulación local. En cambio, la moneda que resulta de la operatoria del "contado con liqui" puede permanecer en una cuenta en el exterior. Ambas son operaciones legales.
Dólar "blue"
El dólar "blue", el eufemismo para hablar de las divisas que se consiguen en el mercado informal, está fuera del sistema financiero formal. Comprar esta divisa constituye una operación ilegal.
Se consigue a través de cuevas y " arbolitos", a un valor que puede ser mucho mayor al tipo de cambio oficial. A pesar de que el cepo terminó en diciembre de 2015, el dólar blue nunca dejó de existir, ya que se utiliza para operaciones en un circuito paralelo.
En la época del cepo, el dólar blue actuaba como un termómetro de las expectativas de los agentes económicos. Mientras la cotización oficial estaba casi planchada y limitada por las restricciones, la paralela se movía por la acción libre de la oferta y la demanda.
Si la brecha entre ambos tipos de cambio crecía, la incertidumbre aumentaba y hacía efecto sobre la inversión, el consumo y el empleo. Casi hacia el final del capo cambiario del kircherismo, el dólar blue llegó a ser un 66% más caro que el oficial.
Además, entre 2011 y 2015, por las restricciones a las importaciones, el blue también constituyó un precio de referencia. Algunos insumos terminaban valuados por el mercado ilegal e ingresados por contrabando.